Los Aventureros y Sus Dos Malditos Pianos
Jazzeros argentinos por excelencia, Navarro y López
Furst vuelven a divertirse y a divertir en un ámbito distendido.
Un
dúo de pianos supone úna lista de elementos. Para empezar, dos pianos,
que en este caso son dos samplers o
emuladores electrónicos de una marca japonesa que suena parecido a Kuwait,
Hawaii o algo así. Luego, dos pianistas. O sea, cuatro manos sobre el teclado,
un par de pies para los pedales, y los respectivos cerebros, corazones y
restantes segmentos corporales necesarios para unir estas partes en dos
todos.
Vaya entonces un análisis anatómico-musical de
los protagonistas esenciales, a saber, las cuatro manos y dos pies del dúo de
jazz argentino Baby López Furst- jorge Navarro.
Mano
derecha de López Furst: tan ágil como inspirada. Capaz de alcanzar cómodamente
velocidades boperas, sabe pasearse también en líricos fraseos baladísticos.
Suele usar octavas, unas pocas terceras, la repetición ritmada de una misma
nota y alguno que otro trémolo.
Mano
izquierda de López Furst: cobra lo mismo que su melliza pero trabaja bastante
menos. Acompaña sin herniarse, aportando algunas voces armónicas y acoplándose
en octavas en algunas melodías:
Mano
derecha de Navarro: si lo sabe, canta. Caso contrario, improvisa
cantando. Poco amiga del vértigo, sabe jugar con el ritmo. Frecuenta el
trémolo y las terceras un poquito más que su colega lópez-furstiana..
Mano
izquierda de Navarro: socia fundamental de la variada gama de fórmulas de comping
o acompañamiento de su canoso patrón. Si cuadra un walking-bass, sabe
caminar en los graves. También se anota haciendo los bajos del navarrístico
stride a dos manos, que suena “um-pa-um-pa" y donde "um" es el
bajo y “pa" el acorde.
Pie
derecho de López Furst:, mantiene frecuentes relaciones con su respectivo
pedal, hábito mucho más esporádico en su colega navarrístico, que suele
reservarse para dejar sonando los acordes y zapadas finales.
Pie
derecho de Navarro: además de lo dicho, marca el pulso mientras su mellizo
izquierdo se ocupa de los acentos a contratiempo.
Si
bien en el rubro caritas, Navarro gana por varios cuerpos, los cerebros y
corazones del dúo piensan en sintonía y laten en sincronía, respectivamente,
improvisando y disfrutando de lo lindo sobre un sólido repertorio de standards.
Fly
Me to the Moon abre el fuego en una lista pródiga en clásicos de Gershwin,
Porter, Weill, Jobim y más Gershwin. En calidad de estreno, las cuatro
manos,ofrecieron la célebre Rapsodia en Blue en un divertido y respetuoso
arreglo, abierto a la improvisación, escrito por Ernesto Acher.
En
un ámbito grato y rodeados de mesitas donde se acomodan sus maduros seguidores,
López Furst y Navarro ofrecen un espectáculo donde la pasan bien tanto los
músicos como el público. Y donde no cabe esperar innovaciones ni
transgresiones (no tendría por qué haberlas ni nadie se las exige) ni la
obtención de una estética original y trascendente (no se lo proponen, ni
alcanza con proponérselo). En este sentido, la propuesta de Baby López Furst
y Jorge Navarro es más recreativa que creativa.
Moraleja:
música agradable + lugar agradable = momento agradable.
Clarin Espectaculos
Exelente aporte Mago!!!!!! Bajando para disfrutar!!!! como siempre, impecable. Abrazo desde Lanus este!!!!!!
ResponderBorrarMUCHAS GRACIAS
ResponderBorrar👌👌👌👍
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