CESAR FRANOV – bajo eléctrico
QUINTINO CINTALLI – batería y percusión
PATRICIO VILLAREJO – cello en temas 1-4-6
LEO VIOLA – cello en temas 3-8-15
WALTER RIOS – bandoneón
LUIS FERNANDEZ – trompeta
LITTO NEBBIA – piano, sintetizadores, órgano, guitarras, melódica
MARCELO LOPEZ – canto y coros / sintetizador de cuerdas
CLARISA ALVAREZ – canto y coros
BACHI BECERRA – canto en Las cosas que más quiero, Canción de los andenes y Navidad en el cielo
Suerte con este álbum, Marcelo.
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Yesterday:
(Buenos Aires, 20 de diciembre de2025)
Una sola palabra, y la
asociación inmediata para varias generaciones: The Beatles, o más bien Paul
McCartney, o también para los cinéfilos, la película checoslovaca, de la
historia de una parejita, donde el muchacho con una radio a galena, escuchaba
de forma clandestina las canciones que no traspasaban la cortina de hierro de
los países satélites de la URSS, y la vida de esa pareja desarrollándose entre más
penurias que momentos felices…
La canción de Paul
(firmada por Lennon-McCartney) nos lleva a una suerte de ayer triste, pero no
siempre el ayer lo es, el problema del ayer es la melancolía, si se disfrutó,
porque ya paso, y si fue triste, ¿Qué se podría haber hecho para que no lo
fuera? Bueno, el ayer no tiene la culpa porque en definitiva “solo se trata de
vivir”
Y ayer por la noche,
fue maravilloso, estupendo…
Una vez, escuche a
Antonio Carrizo, de quien siempre se supo que tenía una extensa biblioteca,
inclusive de volúmenes de primeras ediciones de Lugones, Arlt, Borges entre
otros, hablar acerca de sus lecturas y sus saberes.
Carrizo un autodidacta,
que desde la radio nos transmitía su fervor por Boca, sus conocimientos sobre
tango acompañado por Horacio Ferrer, que hacia maravillosas entrevistas, a
gente como Tita Merello al cumplir 75 años, Niní Marshall, el Mono Villegas
entre otros, un Carrizo que para mi gusto solo se opacaba un poco siendo el segundo,
en el programa de TV, el “contra”, el
acostumbraba decir que su conocimiento o saber sobre sus lecturas, eran un
saber egoísta, que no le servía a nadie, no era el saber de un médico, que
ayuda a un paciente, ni el de un arquitecto urbano que desarrolla una ciudad o
que hace un edificio o una casa y así con tantas otras profesiones que servirían
de ejemplo… No, el sostenía que ese saber solo le servía a él, y que la única
manera de que le sirviera a otro era compartirlo, y aun así, ese compartir
también reforzaba su versión “egoísta” del saber propio…
Algo así me pasa con
mis gustos musicales, de amplio abanico, no muy dispuesto a escuchar nada
nuevo, que no pueda incorporar de acuerdo a como esta formateada mi capacidad
de escucha… pero sin renegar como en otras etapas de la vida, de esas cosas que
no me gustan… hay etapas de la vida en que uno con la música se pone
“fascistoide”, solo es bueno lo que uno escucha… y si bien es cierto, cabe
aclarar que solo es bueno lo que uno escucha, pero es bueno para uno…
El Mono Villegas decía
que la música no tiene categorías, ni géneros, solo se divide en buena o mala,
y yo agrego ¿quién tendrá la actitud masoquista de querer escuchar música
mala…?
Como los seres humanos
somos tan distintos (afortunadamente) uno encuentra de todo (o también lo
encuentran a uno), por ejemplo aquel que cree que su saber es tan omnipresente
que en lugar de mantener una linda conversación de intercambio de gustos, hace
alarde, o te corrige pero con mucho énfasis, generalmente los llamo “las viudas
de la música”, una suerte de maestros de Siruela pero de la música, después tenes el coleccionista, y ahí depende
del vumeter, de su intensidad, porque en su obsesión algunos llegan a límites
insospechados, para sus propios bolsillos, o cuando revenden algo para el bolsillo
de los otros, después están los “fetichistas”, más que escuchar la obra, lo
importante es “mira que tengo”. ¿Quién puede dudar que Artaud es un excelente
álbum del flaco Spinetta? (me pregunto si la inducción de la prensa no hace que
Muerte En La Catedral O Melopea, no aparezcan en el mismo podio…)… Y si, es un discazo Artaud, pero parece que la obra
artística es mucho mejor aún si es un original, de cuando se publicó en la
década del 70, una década que por la crisis del petróleo, la pasta con que se
hacia esos discos era reciclada… es decir un disco fabuloso en un soporte de espantoso…
que el fetichista mostrara con orgullo, cual mediocre como si el álbum lo
hubiera compuesto el… (A mi particularmente me gusta más El Jardín de Los
Presentes, pero es cuestión de gustos, y ¿porque hay que comparar?. Los medios “especializados”
(¿??) tienen buena parte de responsabilidad, hay que asesinar a los que
publican en los medios gráficos haciendo esas recopilaciones horrorosas, eso de
“los 500 mejores temas de…”… ¿en que se fundan para establecer eso…? ¿En
cantidad de discos vendidos, en cantidad de reproducciones…en la masividad del
grupo?, ¿Cuántos interpretes masivos suelen ser material de estudio en países como
Rusia, como lo es el Dúo Salteño, por ejemplo, y en verdad el dúo tiene sus
seguidores (o los tuvo en vida de Patricio, cuando el Dúo aun podía presentarse),
pero muy lejos de ser masivo. Ahhh
cuanta masividad que espanta (los Rolling Stones, que admire hasta la muerte de
Brain Jones, y los discos que incluían al estupendo Mick Taylor, me vienen sacando
plata, desde la década del 90, con sus
discos repetidos… y que uno compra ya por inercia…¿si los tenes todos, pero cómo
no vas a tener el último de los Stones?... al menos los Zep cuando murió Bonhan
hicieron el canto del cisne con su propio sello Swang y cerraron con el álbum
Coda, una linda trayectoria, las recopilaciones y rarezas corren por cuenta del
sello, pero los álbumes de la banda son solo 9).
Bien, ¿a que voy con
todo esto?, ¿porque hablábamos de ayer?, porque hay un monton de circunstancias
que concurren a un momento que se atesora… los gustos, quienes tocan, recuerdos
de cuando uno comenzó a escuchar a esos músicos, con los cuales por primera vez
se tiene algún tipo de contacto… porque para el músico debe ser muy agradable,
que en un cara a cara alguien le diga que lo admira, y que le agradece, esa
sensación gratificante que no dan los escenarios frente a multitudes, porque de
esas multitudes al síndrome The Wall a veces el camino es corto, que el músico
se convierte en alguien de carne hueso, no en el acetato, o la cinta que uno
escucha en cualquier formato… para algunos habrá sido posible en otras edades,
para otros quizás porque estuvimos haciendo otras cosas (porque siempre estamos
haciendo cosas), hoy se nos da el momento…y uno lo disfruta, porque desde el
escenario se nos devuelve algo honesto, y eso es lo que hace que la música no
sea una producción hipócrita…y merezca ser llamado arte.
Que el músico, haga sus
comentarios, y digamos “a la pucha… esas son sus influencias… parece que
tenemos gustos en común…”
Ayer con mi compañera
de ruta, Zulema, fuimos a ver a Clasica y Moderna, a Marcelo Lopez, a quien
nunca conoci personalmente, y a quien con eso que comento del ADN(ebbia),
comencé a escuchar por la curiosidad de los álbumes que publicaba Melopea, en
la década del 90 cuando ir a la facultad para mi formación académica, ya sea de
ida o de vuelta según el horario de cursada, hacia el paso obligado por Jean
Jaures 444, en el Barrio del Zorzal, a comprar cassettitos y con el tiempo
CD’s… el primer álbum de Marcelo para el sello es de 2002.
Pero en el mismo
espectáculo, estuvo Jorge Garatcoche, a quien comencé a escuchar mucho antes,
(1982 aproximadamente), junto a mi amigo Fabián, ese álbum de Canturbe,
Bonpland, que traía una exquisita versión de Soledad (de Gardel y Lepera),
Jorge y Marcelo, cerraron ayer después de varios “una más y no jodemos más” con
una excelente pieza del álbum Melopea, con música de Litto y con esas letras
herméticas pero maravillosamente logradas por Mirtha Defilpo, compañera de Litto
por esos días, Memento Morí (tema 1 de la faz B del álbum Melopea que acaba de
cumplir 50 años). (Aunque con total generosidad Marcelo, nos ofreció una versión
de El Oso de Moris.
Cesar Franov, uno de
los tantos buenos bajistas que formaron parte de la extensa carrera musical de
Litto, hay un álbum estupendo de Nebbia-Franov-Minichilo que recomiendo, pero
además un Franov que tiene su entidad propia, con álbumes solistas… (Recomiendo
San Cristóbal,) Me encanto en el tema “Ella” su solo de bajo…
Conocí a Beto Antelada,
poniéndole la voz a “Salvo Tu Piel”…y una versión muy buena de Juntos a la Par
de Pappo, conoci a Facundo Guevara (personalmente), la referencia es que formo
parte de Caín Caín, sino estoy errado, pero es un grupo que no escuche mucho,
pero si leyendo fichas técnicas lo encuentro en discos de Verónica Condomi, y se
dé su participación con Barboza, Mercedes, y mi admirado Dúo Salteño…entre
otros…
En 1982, Litto, publica
un álbum en directo (creo que es el primer álbum en directo de Litto), Litto
Nebbia y los Músicos del Centro en Obras, allí hay un tema maravilloso,
compuesto por Litto, y de Juan Carlos Ingaramo, “Cuando yo me transforme” (los
músicos del centros e completa además con Felman, Franov, moro y Minguí
Ingaramo), fue ayer otro de los maravillosos temas, interpretado en la voz de
Eduardo Raggio, que entre composiciones propias de Marcelo (Materialismo,
Paris, Los días Por vivir, Ella, Desamores, entre otras, además de la excelente
y de compromiso social Ceremonia) y temas de otros autores, (sobre todo
Nebbia), completaron una noche estupenda, entre gente muy agradable,
conversaciones de mesa a mesa…
Una ausencia, pero que
no se tome esto a modo de queja, Laura Hutton, a quien hubiéramos escuchado en
una versión del tema de Bobby Troup, que interpreto por primera vez el Nat King
Cole Trio, que fue la cortina musical de la recordada serie de George Maharis,
“Ruta 66”, y que convirtió en un furioso rock and roll, el pionero Chuck Berry…
y que los niños de la primer década de este milenio, disfrutaron como tema
principal de El Rayo Mc Queen, el tema tributo a lo que los norteamericanos
llaman “la madre carretera” a quien el propio Pappo, le hizo su versión en
castellano…
Laura a quien escucho
desde los tiempos de buenos Aires 8 (1976-1982 aproximadamente), corista del
primer álbum de los Redo, y música de sesión en infinitos músicos de exquisita
calidad, a quien de todos modos, podemos escuchar en ese tema, en el reciente
álbum de Marcelo en “Café Berlín”…
Músicos de jazz,
folklore, percusionistas, blues, canción urbana, canciones con sello nebbiero …
y de yapa para cierre personal, las firmas en tres álbumes de Marcelo Lopez, de
Jorge Garatcoche, y de Cesar Franov.
Por último la bonhomía
de Marcelo que me obsequio su libro-cd, “Soundtracks 2015-2019” dedicado a su
madre y su hermano.
Hoy me lo pongo a ver
con más detenimiento, y me encuentro fotos de espectáculos con Goldin, con
Cantilo, y con Mario Matar y Marciano Cantero, Benegas, Alejandro del Prado, el
Pocho Sosa (quien mejor que el Pocho interpretando Tejada Gómez), Litto Nebbia,
y una foto estupenda que acompaña con imagen la letra de “Gracias Sr. Fripp”… y
cuando termino de ver todo eso me digo:
Es imposible que no me
gustara el arte musical de Marcelo Lopez…
Saberes egoísta, que no
le sirven a nadie, porque por más que te lo describa, la música hay que
escucharla… pero ¿Cuánto hay de egoísmo?... Mi generacion se caracterizó por un
“mira lo que conseguí, vamos a escucharlo juntos” o un “toma llévate este
cassettito y escúchate esto y después me contás”… No leo música, solo sé que un
pentagrama es matemática porque en la materia obligatoria de la secundaria, no tenía
problemas para llenar pentagramas, pero nadie fue capaz de “decir una verdad”
como cantaba sui generis, es decir para aprender a leer música no me sirvió,
porque como decía Donvi, primero se habla y después se escribe, no al revés, y
por lo tanto no soy capaz de leerlo, no toco ningún instrumento, ni siquiera
puedo producir el arte de estos músicos, intérpretes y cantautores, ellos con
su arte contribuyen a nuestros estados de ánimo, incluso a modificarlo por
breves lapsos de tiempo, que dura una canción…
Sin embargo como decía Adrián
Belew, mi mejor instrumento, “ha sido mi oído” (aunque los míos hoy están
medios complicados por el tinitus), tuve la suerte de por complicidad con
amigos que me pasaban grabaciones de sus gustos, y por búsqueda propia de
educarlo, para cumplir con aquello que decía el Mono Villegas de cómo se
clasifica la música.
Entonces, concluyendo,
lo que hace Marcelo Lopez y toda la gente que lo acompaño ayer, obviamente
entra en la categoría de “MUSICA BUENA”…
Todo están en sus
discos, ¿es lo mismo?, no por supuesto que lo que está en directo siempre es
mejor, ver tocar a gente de carne y hueso, pero los discos, los álbumes, hacen
que el “ayer, no sea tan ayer”…y que siempre sea hoy.
Disfruten de este álbum de 2002, y busquen en las disquerías algún ejemplar del resto de sus álbumes y fundamentalmente de CAFÉ BERLIN 2025.











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