CHANY SUAREZ Y el vapuleado asunto de
la proyección folklórica
Uno enchufa el tocadiscos, mete el agujeríto de un long play entre cuyos temas aparece una sospechosa zamba, y se encuentra con una muchacha de voz impresionante que canta candombes, que canta chacareras, que canta canciones, que se manda agudos a lo indio o tararea como el Negro Rada. Y uno da vuelta la tapa y lee quiénes la acompañan y los ojos se le ponen como el dos de oro al toparse con Diego Rapoport, Manolo Juárez, Litto Nebbia, Daniel Homer, Rada mismo...
La muchacha se llama Chany Suárez, y el álbum se llama "Abierto al Júbilo”. Y como a la maravilla siempre sigue la curiosidad, la invitamos a charlar con HURRA.
Confieso con una mano en el corazón que antes de escuchar "Abierto al Júbilo " y quedarme ipso facto con la boca abierta, jamás había escuchado hablar de vos.
Mirá, empecé a grabar hace seis años, contratada por Odeón. Pero antes ya había hecho giras y presentaciones profesionales. El primer álbum se llamó Me gusta andar y tenía un material de connotaciones folklóricas, pero abiertas a todas las influencias de nuestro tiempo. Por sobre todo, me interesé mucho en la parte literaria, además del desarrollo musical, la armonía y la faz melódica. Me preocupé en los textos, en el contenido, una cosa bastante difícil de lograr cuando te ampliás a trabajar con instrumentos electrónicos, cuerdas, cuando participan varios músicos... Eso fue en el año 75, y Daniel Homer fue prácticamente el arreglador de todo el disco. La trayectoria de Daniel viene del rock, pero su mayor influencia es el jazz.
¿Cómo se llamó tu segundo LP?
En caso de vida, que es un tema de Litto Nebbia y Mirtha Defilpo. Ahí ya me fui más hacia el repertorio latinoamericano con otro tipo de influencias, grabé cosas de Litto, de Milton Nasdmento, hice cosas de Lacarra, que es un autor nuevo, cosas de Piazzolla -no un tango, sino algo así como un vals—. En el año Internacional del Niño grabé un LP para chicos, y como además soy maestra jardinera, si bien no me dedico a canciones infantiles me gustó la posibilidad que me ofreció la compañía. Y así llegamos a Abierto al Júbilo.
Hace un rato me pediste que no te llamara “folklorista". ¿Qué es lo que sos? ¿Cómo te llamarías?
¿Sabés qué pasa? Yo tengo influencias de la música española, del rock, del jazz, desde Atahualpa hasta los Beatles. Apunto hacia la fusión de todas esas líneas tratando de conservar siempre lo que tenga rasgos argentinos. Y a mi música la veo como el resultado o la consecuencia de muchas líneas que se han dado en la música argentina y se han fusionado. Vengo del folklore, pero también asimilé otras influencias. Es como lo que se dio en Brasil, ese movimiento, que todavía se está gestando y que surgió con Milton y Elis Regina, que conservan su raíz pero también tienen influen.- cias del jazz, del rock, de todo lo técnico...
No te quedás con lo primero que viene. Aprovechás todo para crear otro tipo de ambientaciones, para dar a lo tuyo el mejor clima posible. Y para lograrlo tenés que acceder a todo lo que recibís, tanto instrumentos como formaciones armónicas, tanto elección de melodías como temáticas, lo que vas a decir, lo que querés decir...
¿Cómo ves la relación de la juventud de ahora con respecto al folklore?
Mirá, (se ríe) no sé si a raíz de que John Me Laughlin tocó Viene Clareando, de Atahualpa, en su recital, hay una apertura hacia el folklore...
¿Por qué se resisten los jóvenes?
Porque lo que se vende como folklore al joven es una deformación terrible. Si realmente se difundiera lo que es el folklore real, el joven tendría otra postura frente a él. Y con respecto al tango, salvo raras excepciones de gente que está en la avanzada, pasa que no deja de ser música argentina, pero de otra época, identificada con otra generación que no es la nuestra. No es que yo no valore al tango o reniegue de él, tengo influencias del tango, mi vieja lo cantaba, pero pertenece a otra generación. Ahora no tenemos las mismas vivencias, ni al malevo... Quizás sí existe la mina que se pianta, pero así y todo se la ve diferente, hay otra sicología... Nadie se identifica, dentro de la juventud, con aquello del tango que identificó a la gente hace treinta años...
Sabemos que estuviste en los Estados Unidos. ¿Qué fuiste a hacer?
Fui hace un año y medio, durante un mes. En realidad, mi objetivo era comprar equipos de sonido y de voces, algunos instrumentos... Pero antes de salir pasé por casualidad por la oficina de Pepe Parada para alcanzarle unas cosas que me habían pedido de Odeón, y cuando dije que viajaba a Estados Unidos me escuchó una mujer argentina, una representante que me sugirió le acercara algo de mi material, gacetillas y fotos, para hacer algo allá. Hice actuaciones en el Hilton Hotel, en el Ambassador, en la Asociación Argentina. Por supuesto, todo público latino.
¿Qué escuchas de los autores jóvenes argentinos?
Me gusta Porchetto, me gusta lo que hace y sus intenciones. Tiene la misma forma de pelear que yo. Dentro del panorama argentino, si bien es uruguayo, me gusta Rada. No tan jóvenes serían Litto, Saluzzí (que es otro que proyecta la raíz folklórica aunque toque el bandoneón, pero su bandoneón es del folklore salteño y no del tango), Maderos... Me gusta Manolo Juárez, y entre los compositores, Julio Lacarra.
¿Tenés un grupo estable?
Estable, en realidad no. Estarían Daniel Homer, Beto Satragni y Rubén Rada, pero cada uno tiene sus actuaciones propias y no puedo llamarlos "estables". En teclados, Diego Rapoport o Manolo Juárez.
¿Tenés repercusión dentro del público adolescente rockero?
No sé, es una propuesta distinta a la de ellos. Creo sin embargo que los pibes que están en el rock pueden llegar a prenderse, aunque no sé hasta qué punto... Creo que la gente que sigue a Charlíe o a Spinetta bien puede seguir a un Saluzzi o a Mederos. Lo que pasa es que los rockeros se encasillan mucho, no ven otra cosa. Pienso que no tratan de ver qué vale a todo nivel dentro del panorama musical. Uno debe rescatar lo bueno de todas las líneas musicales, no interesa si es tango, si es folklore, o si "es" o si “no es”. Lo que hace Litto no sé si es rock o no es rock, me gusta, simplemente. Te das cuenta si está hecho con ganas, con conciencia, en serio.
¿Cómo está la Argentina en materia de trabajo para el músico?
Bastante difícil. Pero no quiero sentirme héroe ni hablar de martirios, porque mi propuesta a través del título de Abierto al Júbilo es precisamente esa, disfrutar de lo que hacés. Y ya que hay gente que no puede y tiene que laburar ocho horas en una oficina, y que por ahí tiene ganas e intenciones de hacer cosas y yo las puede hacer, yo me siento feliz de lograrlo. Lograrlo de a poco, pero para disfrutarlo.
El éxito es algo que viene por fuerza de gravedad, si viene. Pero para mí el éxito es poder hacer lo que quiero.
¿Alguna vez te hicieron un reportaje para una revísta juvenil?
No (se ríe). Es la primera vez.
Entrevistó: GLORIA GUERRERO
Revista Hurra
Diciembre de 1980