viernes, 4 de marzo de 2016

0836 - Fedra - 1973 - Temperamental



Fedra Sexy:

“Vos me conocés bien, sabés cómo soy. me molestan las cosas con doble sentido  entre los músicos, los conjuntos, y la promoción y todo eso, siempre vas a en­contrar cosas de doble sentido. Yo soy de un solo lado y por eso tengo algunos enemigos. O al revés: ellos tienen una enemiga. A la gente la quiero (pero la quiero mucho) o la odio con todas mis fuerzas”.
Así es Fedra. Cuando se le arruga la nariz, abre muy grandes los ojos y golpea la mesa o cualquier cosa que tenga al lado. Se enoja de verdad cuando está contando algo que le pasó o que le indigna. A uno, sinceramente, le da miedo: se siente cul­pable. Pero cuando termina de contar se queda tranquila, baja un poco los ojos y dice amorosamente: "¿me entendés, no?”. Quién se va a animar a decirle que no. Ella es flaca (bastante), tiene los ojos de un color raro que los abre así de grandes. No le gustan las pelucas, por lo general no usa maquillaje y tiene un gusto muy particular para su ropa: casi siempre lleva pantalones. Quizás por eso, algunos la ven fría, alejada, poco femenina. Pero hay que conocerla bien a Fedra para darse cuenta de todo lo femenino (y también felino) que hay en ella. Claro: da un poco de miedo acercarse: puede arañar.
Y araña. 
—¿Cómo hace Maximiliano para convivir musicalmente con vos? 
—El es muy tranquilo y durante mucho tiempo yo fui la parte activa del dúo. Es decir: nos complementábamos. Ahora Bebe (yo siempre le digo así) está cam­biando. Mejor dicho ya cambió: ordena, se enoja y discute. A mí me gusta que las cosas sean así: me siento protegida cuando él le grita a alguien defendiéndonos. Cuando terminábamos los shows, antes les pagaba yo a los músicos, hacía las cuentas y esas cosas, pero ahora Bebe se encarga de todo. Me gusta, me gusta. 
Si uno la deja contar es probable que Fedra no termine nunca de hablar: anéc­dotas, diálogos, mufas, discos. Todo lo dice desordenadamente, siempre quiere hablar: interrumpe. Se levanta, hace ges­tos, actúa situaciones pasadas. Dice ma­las palabras (después se da cuenta y se ríe, disculpándose). 
Uno no puede dejar de pensarlo: sí ella es así ¿cómo debería ser el hombre que se anime a estar a su lado? Las opciones son pocas. 
Fedra sabe, perfectamente, que causa im­pacto. Que las mujeres la miran de reojo, envidiándola. Y los hombres se maravi­llan frente a su pujante carácter. Ella lo sabe, y está llena de ardides atrapantes que complementan su personalidad: mue­cas, gestos, poses. Ella es femenina, y mucho. 
Hace unos meses, cuando el exito discográfico comenzó a sonreírle al dúo con temas como Fatalidad, Cuéntame (exito en México) y Como somos, muchos dijeron que Fedra había cambiado: “está mas retraída, no habla con nadie y parece que fuera la reina”, decían. Puede ser. En todo caso ella siempre fue retraída y remisa para hablar con gente no dema­siado conocida. En cuanto a lo de reina habría que determinar de qué. 
Ojalá que Fedra nunca individualice a lo que derramaron esas versiones: puede promover un escándalo. Actualmente ella es enemiga —muy a muerte— de un co­nocido productor, de un autor de temas y de un cantante. “Todos ellos —asegura frunciendo la nariz y abriendo los ojos— saben perfectamente quiénes son y por qué estamos disgustados”. 
A Fedra parece gustarle la pelea, la gue­rra de frente. 
Son conocidas sus anécdotas cuando dis­cute: no le importa quién esté delante escuchándola. De pronto suele enfurecer­se y sí tiene razón nada le interesa. Ahora vive en Vicente López. Desde allí viaja todos los días al centro, a la oficina de su representante, en su Fiat 1500. Debajo del volante lleva colgada una pata de conejo: es supersticiosa y cree que hay “mucha mufa”, a la que le huye invariablemente. Por lo general es arbi­traría. 
Fedra debe tener alrededor de 22 años, quizás menos. Pero nadie puede darle esa edad cuando conversa (si lo deja) con ella: sus puntos de vista no son los de una muchacha de esa edad. Ella ama por sobre todas las cosas su carrera e, inclusive, deja de lado sus sentimientos por eso: 
“No tengo apuro por encontrar un ham­bre definitivo —dice—; antes mi carrera, mi realización como ser humano. Yo soñé durante mucho tiempo esto que soy ahora. Cuando estaba en el liceo, me pasaba las clases distraída dibujando a la pareja ideal para formar un dúo. Es más: hasta tenía pensado la línea de temas que debíamos hacer: creo que nunca me traicio­né. Y tampoco voy a hacerlo con mi carrera abandonándola por otros motivos”. Sin embargo, no es el primer intento de Fedra como cantante. Su fuerte personalidad ya había tentado a otros productores: fue lanzada como Lucrecia Borgia interpretando un tema del mismo nombre. Una personalidad que para muchos se aproxima a la real. Con algunas diferencias, claro. Fedra no mata demasiados hombres: apenas los tortura. 
Para muy pocos Fedra es sexy, para otros atractiva, para muchos fría, algunos opinan que es poco femenina. Los pareceres son muy encontrados. 
Preguntárselo a ella es inútil: no le interesa responder: “Yo soy como vivo —explica con vehemencia— y también como canto. No me interesa que me califiquen”. Sin embargo, mucha gente quiere saber quién y cómo es Fedra. Y tal vez ella sea realmente sexy, pero con un algo muy especial: la agresividad.

Revista Pelo
Numero 1 - Febrero de 1970

4 comentarios:

  1. Uff hace mil estaba buscando este disco!
    Que felicidad esta pagina felicitaciones!
    Lo descargué y me pide un password para descomprimir, quizás está acá visible pero no lo encuentro jajaja)
    Serías tan amable de decirmelo?
    Gracias!
    Daniel

    ResponderBorrar
  2. MUCHAS GRACIAS!!! si ya había realizado el registro, luego exploraré mas detenidamente el blog!

    ResponderBorrar

¿Le ha gustado este álbum? - Díganos su mail, comparta con nosotros un álbum (que no tenemos) con las caratulas y con gusto le enviaremos la contraseña. Aviso: Todos los álbumes estan subidos en mp3 128. si lo que busca es otra cosa, en este blog no lo va a encontrar. Muchas Gracias.
NO RESPONDEMOS COMENTARIOS DE IDENTIDAD DESCONOCIDA