Seccion Libros - LIBRO 022:
"Las Mejores Entrevistas De Rolling Stone"
Iconos Del Rock Nacional 1967-2007
Album Que Acompaña Este Posteo
Luis Alberto Spinetta - 2001 - Silver Sorgo
"Las Mejores Entrevistas De Rolling Stone"
Iconos Del Rock Nacional 1967-2007
Album Que Acompaña Este Posteo
Luis Alberto Spinetta - 2001 - Silver Sorgo
"las cosas que no se
pueden creer, a los 51 años. la impunidad de una especie de
economía de guerra, padecida generación tras generación con el
agraviante (sic) de la lesión infligida al pueblo por la traición de
las dictaduras, o sea, como que el producto actual no es solamente eso,
básicamente es la insoportable continuidad... La lesión incurable de los
medios de salud, que sólo superviven gracias al genio del médico argentino y su
amor a la vida, porque lo demás... no va.”
“Los miedos, la perdida de la visión. El miedo
a ser torturada al toque por el Estado…”
–Esto lo hice el otro día, pero porque me ilusione.
-¿con que?
–Con que estaba escribiendo bien
Iconos Del Rock Nacional 1967-2007
Editorial: Publirevistas S.A.
Edicion: Primera Edicion Noviembre de 2006
NO QUIERE SABER NADA. DE NADA. No le importa nada. -No importa, no importa... ¡Es que no quiero
contarles nada! ¿Entendés que
no quiero contarles nada? No les quiero
vender nada, no me interesa. No les quiero dar nada de mí, ni hacerme el gracioso, ni darles ideas.
¡¡No!! Quince días antes
de este reportaje, se había reunido con los
jerarcas de su compañía de discos, ejecutivos de enjundia ansiosos por
promover Silver sorgo.
Y les había dejado algo claro: -Yo
no voy a hacer ninguna nota de nada.
COMO PRESUMIÓ QUE SU FRASE PODÍA HABER SONADO
CONFUSA O PASIBLE DE SER
malinterpretada, fue más específico:
-Yo no voy a hacer ninguna nota de nada.
Luego olvidaría eso.
Cuando se encontró con el editor de fotografía de
esta revista, dejó clara otra cosa:
-No me vas a sacar ninguna foto. Las fotos te las
voy a dar yo. Si no, no te doy ninguna nota. Y si te la doy, te la doy en exclusiva. (Luego olvidaría
también eso.)
No
hablar. No mostrarse. (Bueno, después se olvidará.) Desde que al Flaco se le
ocurrió deformarse, deformó toda paciencia humana en un radio de diez hectáreas.
Agotados,
desparramados, abrumados, doblados como pajaritas de papel, debimos entonces
darle la bienvenida al Gordo Spinetta.
Un
tipo desagradable.
-El Gordo, básicamente, tiene mucho poder. Es un
leguleyo que puede hacer matufias y ganar plata por coimas hasta cualquier
nivel de corrupción. Sus comidas son pentatlones de la alimentación... ¡El Gordo les hace juicio
sumario a todos los alimentos! Porque hay una
diferencia entre alimentarse y depredar la comida... Hay gente que es
asesina de canapés, diferente de la gente que tiene que comer para
no debilitarse... ¡Y el Gordo puede pagar gatos caros..! El Gordo es como
la represen-tación de todo lo que no soy y, por otro lado, la reubicación de lo
que yo tengo que ver con eso. Es el enemigo. Me puse en el mismo lugar del
enemigo. Ya no solamente debe tener un uniforme, el enemigo, ¿entendés?
Ese tipo está en el seno del poder, de la política, de la cultura de la Nación,
e interviene para su beneficio. Engorda porque está lleno de porquería. Y,
obviamente, el Gordo es un cachetazo a mi propia imagen, también. O por
ahí, tomé mucha cerveza y me puse así [se ríe].
"Y HAY QUE IMPEDIR QUE JUEGUES PARA EL ENEMIGO/
MADRE DE LA VIDA, POR FAVOR
ilumina a la gente/ Sube y vuela tu mirada hacia el
mar./ Y es que nada, nada cambiará mi amor/ y
hay que impedir que juegues para el enemigo." ("El enemigo",
Silver sorgo)
-LA GENTE QUE VA A LEER ESTO NO QUIERO QUE SEPA
DE MI.
-¿Cuál
es el problema?
-Yo no tengo ningún problema. ¿Por qué "no
quiero que sepan de mí?" [ingresando en paranoia
zone, Zona Paranoica, de aquí en más llamada simplemente pz.] Porque la gente quiere
saber tooodo de tooooodo. Por ahí las lesiones con respecto a inmiscuirse en
mi vida privada (cuando estuve de novio) me han afectado tanto que
ahora no tengo interés en que sepan absolutamente nada. No aporta. Ni a mí
ni a la gente. La gente me encantaría que escuchara buena música; no
necesariamente la que hago yo: buena música. Punto. ¿Entendés?
El
aire se mueve, un poco. La Vieja, asistente y columna estructural del Planeta
Spinetta, ha atravesado la habitación como un espectro, silencioso, discreto,
gentil. No es muy alto, ni muy joven. Tiene hombros de percha, el cuello
ancho y la sonrisa apenas dibujada, como quien chupa un carozo de
aceituna. Mientras desanda el trayecto, desaparece. Antes de saludar, ya se
fue.
-Ese hombre parece no pisar el suelo...
-Lo que pasa es que La Vieja estuvo en la academia
de Kung Fu y aprendió a caminar sobre papel de arroz. Le sale fenómeno. A lo
único que le escapó es al brasero con la marca del dragón. Les dijo: "No, el brasero no: yo te hago
mate". Y lo eximieron.
-¿Por qué te lo pasas dibujando autos?
-Por Fangio, porque el apogeo de la carrera de
Fangio fue en mi infancia y entonces
los Turismo Carretera largaban ahí en Figueroa Alcorta y daban la vuelta
por el Tiro Federal, o sea, a dos
cuadras de mi casa. Incluso estando dentro de mi casa escuchaba
pasar los autos en los entrenamientos... Y a la noche era una fiesta:
salía toda la gente a la calle a ver la carrera, como cuando pasan las
motos en Amarcord, de Fellini, y todo el pueblo las espera, de noche, con
fuego... ¿Viste Figueroa Alcorta y avenida Udaondo?
-La
cancha de River.
-Sí, por la puerta del club River Píate pasaba la
caravana de autos, a mucha velocidad, haciendo un ruido, un olor
inconcebible... Doblaban por Libertador hacia Olivos, y después agarraban la
ruta. Tengo noción de eso desde los 2, 3, 4 años... ¿Cómo no me iba a hacer fan? Aparte, siempre dibujé
autos, todo el tiempo.
-¿Tenes diseños propios?
-Sí. Pero soy tan burro que un día le mandé mis
dibujos a la Academia de Arte de San Francisco, que es de donde surgen los mejores diseñadores de
autos, y era un www y lo que mandé vino de vuelta,
¡porque lo mandé a un sitio y no a un e-mail!, ¿entendés? Soy un tarado.
-¿Y no lo intentaste de nuevo?
-Ya me dio fiaca... No lo considero tan importante;
nunca me dediqué bien-bien a eso. Permanentemente, mientras hablo por teléfono,
lo que sea, yo dibujo autos. Es como una manía; es una obsesión. Dibujo autos sport del futuro. El
automóvil es como ese
conocimiento transitorio...
-Sí, del transito.
-Sí, bueno, sí... Pero es transitorio porque es...
un mundo que se mueve. Cuando vos
conducís un automóvil es la alfombra mágica, de algún modo. Yo tuve
algunos buenos autos y sé
lo que es tener un auto hermoso. Pero básicamente los autos, para mí, son para mirar. Son objetos bellísimos.
Bellísimos. Y bueno, eso empezó con Fangio pasando a
dos cuadras de casa...
-¿Tu casa tenía jardín?
-No, no tenía jardín, nunca tuvo jardín. Tenía un
patio abierto, porque era tipo casa chorizo. Había una parra, y e/ toldo. Cuando el toldo se abría,
entraban Jos inseo tos. Yo de chiquito tenía muchos problemas con los
mamboretás. Y en mi casa apare' cían mamboretás así de grandes y yo estaba todo... [se agazapa enla
silla], y mis tíos y toda la familia se reunían alrededor del mamboretá, tipo:
mira, mira lo que hacen, mira esto, mira lo otro, porque era un espectáculo.
Pero para un niño era algo revulsivo que me llenaba de violencia y no sabía para dónde correr. Y sí el bicho
salía volando era un desparramo,
yo salía rajando. Se comen lo que sea, se comen a otros mamboretás, son voracísimos.
Aparecían muchos mamboretás en esa época; había otra fauna...
- Y también había babosas. Ahora no hay más babosas.
-[Se ríe.] Las cosas que hemos perdido.
Sigue riendo. En el lapso de un minuto, sentado,
realiza tantos movimientos corporales que sólo por milagro la estructura de la
silla no cede. (Haber nacido con varias vueltas de cordón umbilical al cuello, al parecer, deja sus
consecuencias.) El pelo, bastante largo, revuelto como si viniera de volar en ala delta sin
casco, se ahoga bajo un gorro de lana de colores
chillones, de la misma marca para infantes donde suele comprar ropa para
Vera (9). Los años no le pasan. Le suceden. A los 51, Luis
Alberto Spinetta es un adolescente hiperkinético, un chamán adulto,
repleto de testosterona, adrenalina y galaxias que deambulan ingrávidamente
dentro de su corteza craneal.
Ahí vuelve La Vieja, otro que deambula. Prepara
algunos bifes. Y una ensalada de tomate sin
condimentar.
-Básicamente, el ser de La Vieja está constituido en
un 70 por ciento de mate: eso lo acredita como Dios. La otra parte de su ser es Chester y
Coca-Cola; pensá que mi disco,
originariamente, se iba a llamar Chester de violencia. [Ríe.] Aníbal
[Barrios, La Vieja]
trabajaba en la empresa de sonido de Toro Martínez y Héctor Starc, y nos conocimos durante la vuelta de Almendra, en el 79. Y
como una vez, mientras él soldaba, yo le empecé a cebar mate, se enamoró de mí. Salimos como cinco
o seis años [larga
la carcajada]. Aníbal es básico para mí, en todo momento.
Le pone aceite a los tomates.
-¿Vos no te clavas medio?
-¿Perdón? -giro la cabeza. El que sonríe es Dante
(24), sentado a mi diestra. Está grabando en La Diosa Salvaje su opus solista, unfun\latino ensordecedor y
descalabrante.
-¿No
te clavarías medio? -repite, solícito.
Blande un bife con el tenedor.
-No -agradezco. (Culpa mía, no andar con martillo.)
02 - Luis Alberto Spinetta - 02. El Mar Es De Llanto
03 - Luis Alberto Spinetta - 03. Ni Hables
04 - Luis Alberto Spinetta - 04. Tonta Luz
05 - Luis Alberto Spinetta - 05. Adentro Tuyo
06 - Luis Alberto Spinetta - 06. Llama Y Veras
07 - Luis Alberto Spinetta - 07. Abrazame Inocentemente
08 - Luis Alberto Spinetta - 08. Esta Es La Sombra
09 - Luis Alberto Spinetta - 09. Mundo Disperso
10 - Luis Alberto Spinetta - 10. Cine De Atras
11 - Luis Alberto Spinetta - 11. La Verdad De Las Grullas
12 - Luis Alberto Spinetta - 12. Bahia Final
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