viernes, 4 de mayo de 2018

9933 - John Fogerty - 1997 - Blue Moon Swamp

ENTREVISTA A VICENTICO UN DIA DESPUES DEL GRAMMY A LOS CADILLACS COMO MEJOR GRUPO DE ROCK LATINO


Dice que el premio lo pone contento porque traerá más trabajo al grupo. Y que le “da impresión ” porque no puede calcular las consecuencias. La banda hará en abril una gira por los Estados Unidos.

Ayer ardía el hotel de Times Square donde pararon los Fa­bulosos Cadillacs, ganadores del primer Grammy para el rock argentino por su disco Fabulosos Calavera en la cate­goría recién inaugurada de “rode latino/al­ternativo”. .

El cantante Vicentico y el trompetista Daniel Lozano intentaban dividirse y mul­tiplicarse para atender tanta demanda. Se desayunaron con un fax de Ernesto Saba­to, después llegó la seguidilla de llamadas desde Buenos Aires, familiares, amigos, radios, diarios, canales, agencias. El chi- mentero Raúl de Molina de El show de Cristina le preguntó a Vicentico: “¿Te vas a comprar ropa en Nueva York?" El respondió lacónico: “Sí, voy a vender el Grammy para comprármela”.
Su hijo lo había despertado a las 7 de la mañana -se habían acostado a las 5 despues de recorrer las fiestas post-Grammy de rigor- pidiéndole Nesquik. En pocas horas se esperaba que él y Lozano se unie­ran vía satélite con sus compañeros en Buenos Aires. En ese estado catatónico se sentó a tomar un café con Clarín para ha­blar de la victoria, ¿Esperabas esta reacción? NO había calculado nada, me da un po­co de impresión. Hoy a la mañana me llamó por teléfono mi vieja diciéndome que estábamos en la tapa de los diarios: Me dije: Uy, socorro. Después me llamó Borocotó diciendo: “La Argentina está orgullosa de ustedes, muchachos, los argen­tinos que triunfan en el mundo”. Y bueno, es raro, ya veré cómo se digiere, a Pero sabés que cuando vuelvas te espera la TV, el programa de Susana, cosas así. a Yo no voy a la tele. Y no lo digo para ha­cer una ideología de eso. Es porque no tengo ganas después de soportar la pre­sión de que cinco minutos en cámara en el programa de Susana equivalen a dos meses de gente en la calle que dice: ‘Te vi en el programa'. Por ahí, en algún mo­mento de la historia de los Cadillacs, hacíamos mucha prensa, porque éramos más pendejos y teníamos más ganas de pasarle por encima a todo, Qué paradójico que el premio les llegue cuando ya no tienen ganas de pasarle por encima a nadie.
Totalmente curioso, Pero el premio no va a hacer que ciertas cosas cambien. Mi vida pasa por otro lado. El premio es traba­jo, y dentro del trabajo sí qüe es importan­te porque nos ayuda en algunos sentidos, sa For ejemplo, cuando en abril comienzan una gira norteamericana. La gira es laburo grosso: subirse a un micro y tocar todos los días. Son 25 shows en un mes. Y es re-deabajo, son todos lu­gares anglosajones donde nadie nos va a conocer. Pero ahora nos cuesta menos que hace 6 o 7 años, cuando hacíamos estas mismas giras, pero dormíamos 20 en una misma habitación. Ahora al menos cada uno tiene su cuarto, aunque todavía no conseguimos viajar en dase ejecutiva. 
¿Cómo viviste la ceremonia desde adentro del Radio City?
Me fui antes de que empezaran las ac­tuaciones porque mi hijo estaba cansado y terminé viendo el show con mi mujer por TV. Pero en la parte previa fue raro, no tenía ningún tipo de expectativa, pero des­pués no podes evitar entrar en la cuestión de decirte ‘ay, ahora viene, falta poco.
¿Todos los músicos nominados en la cate­goría se sentaron juntos? 
Sí. Buena onda, todo bien. 
Algunas encuestas en California aseguraban que ganarían los Café Tacuba.
Yo también pensé que ganaban, porque hay muchos mexicanos acá y además ellos son muy grossos,
¿Y cómo vas a sobrellevar la carga de que tu grupo haya recibido el primer firammy del rock en español, después de haber dicho que esa denominación era una estupidez?
No tengo que sobrellevar nada. Que yo haya dicho que la nominación rock en es­pañol es una cosa extraña, no significa que
no pueda venir a aceptar el premio, por­que nos conviene para nuestro trabajo. 
¿Qué es lo que te molesta, que se meta a todos Dos músicos en la misma bolsa?
La verdad es que nada me molesta. Un día alguien me preguntó qué opinaba de la denominación y dije que me parecía una ridiculez. Esa respuesta se institucio­nalizó. Me da lo mismo como se lo llame. 
¿Qué cosas cambiará el premio?
No lo sé. Nadie puede saberlo. El mun­do de los Cadillacs es tocar y grabar discos. Mientras podamos hacerlo con más como­didad y haya más lugares para tocar, a no­sotros como banda nos sirve mucho.
¿Les importa conquistar al público de ha­bla inglesa?
a No se puede tener esa intención, por lo menos a nosotros se nos hace imposible. Somos brutos con respecto a eso. Por lo pronto, ninguno de nosotros habla inglés. Si sucede, es pura suerte.

SILVIA MAESTRUTTI
Nueva York. Especial
Viernes 27 de febrero de 1998

A veces, un Grammy es algo para po­ner en una vitrina. Otras, puede signifi­car un incremento del 50% en las ven­tas de un álbum.
Esto plantea la siguiente pregunta: ¿cuán valioso es un Grammy? Parecie­ra que este premio sólo crea una dife­rencia cuando se gana en una de las primeras cuatro categorías: álbum, dis­co y canción del año, más el mejor ar­tista novato del año. Pero algunos per­dedores también pueden salir ganando, en particular si actúan en vivo en la en­trega de los premios para 1,5 millón de televidentes en 195 países.
Para Dave Mount, jefe de WEA, la empresa de distribución de discos más grande del mundo: “Hay un significati­vo aumento en las ventas en las sema­nas previas y posteriores al Grammy”.
En medio de los preparativos del Grammy, este negocio que mueve 13.000 millones de dólares, recibió ma­las noticias. A partir de mediados del año pasado, la Asociación de la Indus­tria Discográfica de los Estados Unidos informó que las ventas generales caye­ron en un 10%. Las empresas disque­ras también señalan que sus ventas no fueron muy buenas durante el último trimestre de 1997 debido a una falta ge­neral de novedades impactantes.
Sin embargo, señala Mount, el pro­blema no es el desarrollo artístico en la industria y la percepción de que el ne­gocio discográfico estaba siendo man­tenido a flote por una serie de maravi­llas de un solo éxito.
Está seguro de que el lanzamiento dé discos como los de Madonna y Eric Clapton, servirá para atraer a la gente a las tiendas por montones. “Uno lucha por la carrera del artista, no sólo por conseguir un disco exitoso. Lo que pasa es que a veces un artista viene con un tema particular que impacta a todo el mundo, tiene un éxito impresionante, y no puede repetirlo”, explica.
Mount indica que "se necesitan va­rias canciones para mantener la aten­ción sobre un artista. Antes uno sí podía darse el lujo de tener una banda afilando su música. Ésta es una de las cosas que demuestran cuán competiti­vo se ha vuelto este negocio”.
“Después de la entrega del Grammy, siempre hay una fuerte alza en las ven­tas”, dice Bob Bell, de Wherehouse Entertainment, que tiene 222 negocios en la Costa Oeste. "Siempre que tenemos tres horas de TV en cadena dedicadas a la música, salimos beneficiados. Lo bueno de los Grammy es que con fre­cuencia reconocen discos que tal vez no han logrado ventas multimillonarias. Paula Colé (siete nominaciones y un premio) es el ejemplo perfecto. No todos tienen un disco de ella aún, pero después de la entrega, un montón de gente saldrá corriendo a comprarlos".
FRED  SCHUSTER
Los  Angeles  Times &  Clarín


La Fiesta  la protagonizaron Bob Dylan y si hijo Jakob

La  entrega de los Grammy fue una no­che de fiesta para la familia Zimmerman. Papá Bob y su hijo Jakob -que se hacen llamar Dylan- se llevaron cinco premios grandes de la industria norteamericana en una noche que resultó más memorable tomando en cuenta los pre­mios entregados que por lo que se vio en la ceremonia televisada.
Durante tres horas la televisión mos­tró la cara oficial, el tan mentado mains- tream de la música norteamericana, de­jando poco espacio para expresiones al- , ternativas. En una ceremonia donde lo más parecido a un solo de guitarra vino de parte de los Fleetwood Mac, los pocos momentos de altura aparecieron gracias a representantes de la música negra (la gimnasia vocal de Stevie Wonder junto a Babyface, la voz indestructible de Aretha Franldin y la divertida producción de x apertura de Will Smith) y el imbatible Bob Dylan, que le hizo frente a un cola­do que se interpuso en su actuación y que logró hacerlo sonreír.
El resto de la ceremonia se repartió en olímpicas baladas que recayeron en intérpretes de música country (LeAnn Rimes, Vince Gilí, Tim McGraw), la gar­ganta impasible de Celine Dion (con el tema de Titanic) y R. Kelly. Hubo un
buen momento de parte de los chicos de Hanson (¡sí, son ellos los que tocan!) y algo de intensidad gradas a Fiona Apple. El trío de cantautoras Shawn Colvin, Paula Colé y Sarah MacLachlan -unidas por su paso en el exitoso tour de mujeres Lilith Fair- robaron seis premios pero se mostraron poco menos que intercambia­bles en sus presentaciones.
Fueron, entonces, mejores los pre­mios. Fue una noche fuerte para el folk- rodc. Aparte de los premios de los Dylan, Colvin ganó mejor grabadón y canción, y Colé fue elegida mejor artista nueva. El Grammy recordó a varios veteranos pre­miando a John Fogerty, el dúo de Van Morrison y John Lee Hooker y James Taylor (¿en la categoría Album Pop?).
Sorprendió el triunfo de Jamiroquai y fueron justos los de Radiohead, Chemi­cal Brothers y Smashing Pumpldns. Pe­ro ninguno actuó en el Radio City.
Los chicos del rap dieron la nota cuan­do, tras la victoria de Will Smith (tema) y PufFDaddy (disco), un integrante de Wu Tang Clan subió al escenario para pro­testar por su derrota. Estuvo fuera de lu­gar, pero tenía razón. Quien debía haber ganado como Revelación, Erykah Badu, se llevó dos premios en la categoría R&B.
Hubo cambios sorpresivos como el de Aretha Franldin en lugar del apenas más gordo Luciano Pavarotti, que canceló a último momento su versión del aria de Puccini Nessun dorma. Y LeAnn Rimes se llevó una sorpresa cuando luego de cantar en vivo How Do I Live se enteró de que perdió con Trisha Yearwood... ¡que le ganó interpretando la misma can­ción! Uno de los mejores momentos del Oscar es ver los rostros de los nomina­dos cambiar sus expresiones cuando se anundan los premios. En el Grammy es­to no se estila, pero hubiera sido bárbaro ver la cara de Rimes en ese instante.


Los premiados
GRABACION Y CANCION: Sunny Came Home, Shawn Colvin.
ALBUM: Time Out of Mind, Bob Dy­lan.
REVELACION: Paula Cole.
POP LATINO: Romances, L. Miguel.
INTERP. FEMENINA POP: Buil­ding a Mystery, Sarah McLachlan.
INTERP. MASCULINA POP: Can­dle in the Wind 1997, Elton John.
GRUPO POP: Jamiroquai.
ALBUM POP: Hourglass, James Taylor.
INTERP. FEMENINA ROCK: Cri­minal, Fiona Apple.
INTERP. MASCULINA ROCK: Cold Irons Bound, Bob Dylan.
GRUPO ROCK: The Wallflowers.
HARD ROCK: Smashing Pumpkin.
CANCION DE ROCK: One Hea­dlight, Jakob Dylan.
ALBUM DE ROCK: Blue Moon Swamp, John Fogerty.
ROCK ALTERNATIVO: OK Compu­ter, Radiohead
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