EMOTIVO RECITAL DEL CUBANO, TRECE
AÑOS DESPUES
Silvio Rodriguez volvio a cantar en Cordoba
Silvio Rodríguez cantó aquí después de 13 años. La cálida noche del sábado subió al escenario del Club General Paz Juniors y unas 6.500 personas (las entradas se habían agotado hacía quince días), entre ellas muchísimos jóvenes, volvieron a emocionarse con sus canciones.
Pasa que no pocos de esos chicos heredaron de sus padres el amor a este hombre que, sólo con su guitarra, su voz pequeña y dulce y sus versos enormes, sigue fiel a sus ideas políticas y a la belleza que le fluye imparable a la hora de componer.
En claro contraste con un público que se deshizo en declaraciones amorosas y consignas de solidaridad con la situación que vive Cuba en este octubre caliente, en que se mezclan atentados con homenajes al Che Guevara a 30 años de su muerte, Silvio apareció serio y hasta parco.
Vestido con un buzo verde de algodón, jeans y mocasines marrones, el hombre se dedicó a lo suyo durante 23 canciones, entre las cuales habló poco y nada. Cuando lo hizo, sólo pidió que le permitieran desahogar su necesidad de presentar sus nuevos temas "porque en 13 años -dijo- he hecho algunas cosas que necesito expresar, así que no podré cantar todo lo que me piden”, se disculpó. Aunque haya dejado afuera al mismísimo unicornio azul.
Durante Una hora y cuarenta y cinco minutos, Rodríguez se dedicó, y con éxito, a convocar con sus dotes de hechicero diplomado, fantasmas de amor qué flotaban visibles en los ojos húmedos de la gente: Rabo de nube, El dulce abismo, La canción dé las sillas, El necio (a esta altura todo un manifiesto, su manifiesto, y el primer tema que coreó todo el estadio), Pequeña serenata diurna y temas nuevos, que entonó ante el silencio y la posterior aceptación de sus seguidores. Uno de ellos, que cuenta la extraña historia de un hombre que acostumbraba a besar todo, desde la gente hasta los muebles y las rejas de su propia prisión, y que al morir se convierte en los labios de la tierra en que “lo siembran”, fue uno de los más aplaudidos. También conmovió con Te recuerdo Amanda, de Víctor Jara, y Hasta siempre, de Carlos Puebla (el fantasma del Che estuvo presente durante toda la noche). Firme en su postura de esquivar sus hits más recordados, Rodríguez desencantó al final del concierto a gran parte de la gente, ya que su último tema no fue propio, sino del filipino Luis Eduardo Aute, uno de los artistas con los qué subirá al escenario de Ferro el miércoles, en delicada como intimista, no conformó a la platea que, aún cuando Silvio abandonó el escenario definitivamente, se quedó de pie y cantando Ojalá, con sus disparos de nieve, palabras precisas y sonrisas perfectas. Más allá de las intransigencias de este artista cubano tan terco como respetado, por estos días todo el viento de Córdoba sopló en su dirección: la de un hombre que, desde hace tiempo, eligió el raro oficio de barredor de tristezas.
Clarin Espectaculos
(Circa 1997)
Marta Platia
Hola gracias por el disco no tengo
ResponderBorrarclave de extraccion
Hola buenas tardes..... Muchas gracias por visitar nuestro blog....Ojala disfrutes....Si es de tu parecer ser seguidor te agradecemos que te incorpores como tal....que lo disfrutes.... pass: magodelosdisco