La radicalización de la música pop
Los Beatles y Bob Dylan, llevan con ellos el bagaje cultural
que poco a poco se enriquecerá bajo diversas influencias hasta fundar en
1966-1967, una cultura pop de la cual todavía no se puede decir si ha sido
efímera. Los Beatles, en efecto sufrieron la influencia del blues, vivido a
través de su ídolo reconocido, Elvis Presley. Quieren imitar a éste para
evadirse de los barrios negruzcos donde vegetan los obreros de Liverpool. John
Lennon declaraba: “Queríamos convertirnos en cuatro Elvis; pensábamos que cada
uno de nosotros podía agradar a gentes diferentes. Al comienzo su música es
directa, gruesa, sus canciones muy simples, como She loves you o Yeah, yeah,
yeah. Son gentiles, limpitos, y todo marcha muy rápido. En dos años, alcanzan a
Elvis.
Bob Dylan, no es hijo de proletarios. Pertenece a la clase
media norteamericana. A semejanza de los poetas de la beat generation, Alien
Ginsberg principalmente, cuya influencia admite con la de Rimbaud (lo cual no
le impide escribir: “Si no hubiera vivido yo mismo lo que escribo, mis
canciones no valdrían nada- En efecto, mis ojos y mis orejas son mis únicas
influencias”), dejó su hogar muy temprano y, recorriendo los Estados Unidos, se
impregnó de melodías populares —los folk songs—. De golpe les agrega la
dimensión de la protesta y de la poesía. Woodie Guthrie, gran cantor socialista
norteamericano, que influyó a Peter Seeger y a Joan Baez, es su padre
espiritual. Es a él, enfermo, a quien Bob Dylan viene a ver en 1961. Dylan
evoluciona entonces en otro circuito diferente al de los Beatles.
Los caminos de los Beatles y de Bob Dylan van a converger lentamente.
Cuando ellos se encuentren, nacerá la pop music. Dylan poco a poco, se
convierte en el gran bardo de los campus universitarios norteamericanos.
Cantando sus composiciones, Joan Baez y Peter, Paul and Mary, estrellas ya
confirmadas, lo catapultan.
A todos los sobrepasa hacia 1965. Los jóvenes cantantes pop
se dan cuenta, entonces, que pueden cantar textos inteligentes sin arriesgarse
al fracaso. Es la época, también, en que estalla la música de los Beatles.
Inteligentes —sobre todo John Lennon— asimilan notablemente su éxito.
Desde entonces el camino real ha quedado trazado. Por encima
y fuera del blues, del jazz, del rock, de la música contemporánea y de los
diversos folklores, puede existir un sincretismo musical: una enorme clientela
ya está lista.
Al final de 1965, los Beatles partirán hacia el Este. Gracias
a Bob Dylan, habían descubierto ” la hierba” —la marihuana— y probado el LSD.
La meditación estaba a la orden del día y los atraía hacia la India. George
Harrison, allí, tomó lecciones de cítara. Volvieron con el rage rock. Es el tiempo
del álbum Revolver» que marca, con una notable puntualidad, la aparición del
movimiento hippie. Fue puesto en venta durante el verano de 1966, en el mismo
momento en que el love summer atrae en San Francisco a cerca de 30 mil
adolescentes norteamericanos.
Como ejemplo de perspicacia de los Beatles se dice que la
canción Strawberry Fields Forever habría sido dedicada a una de las primeras
“comunidades” que se constituyeron en la época por los alrededores de San
Francisco. Pero puede ser a la inversa. Sucede que lo que se llamó pop music y
el movimiento hippie, están estrechamente ligados. Es por eso que Alain Dister
pudo escribir. “Los grandes y pequeños trastornos sociales siempre estuvieron
acompañados de fenómenos musicales: Dada y Erik Satie 1925 y el Charleston, los
beatniks y el cool jazz, Black Power y New Thing, etc. Los hippies por su lado
están en los orígenes de la explosión más formidable de la pop music desde
Elvis Presley”.
1966 será el año de esta explosión. La simple música se
convierte en un vasto sector cultural. Alrededor de ella se articula un
fenómeno rápidamente bautizado contracultura. En San Francisco, la ideología
tome, cuerpo. Allí abundan las llores y el aire es liviano. Ken Kesey, escritor
(Flying over the cuckoo’s nest) y poeta, organiza las grandes ceremonias del
LSD, los acid tests, donde aparecen los nuevos grupos de la música psicodélica
y electrónica. El Jefferson Airplane, notorio por sus aceleraciones del tempo
como para “quebrar las cabezas” el Grateful Dead que Vive en comunidad y que
deja abierta la puerta al primer longhair que llega, Quick Silver Messenger
Service con sus guitarras sólidas y volubles, Country Joe and the Fish y su
mensaje político, Janis Joplin y el Big Brother and the Holding Company. La
Costa Oeste durante un tiempo reemplaza musicalmente a Inglaterra. También se
le deben otros tres grandes grupos: los Doors y sus provocaciones sexuales, los
Byrds entre los pioneros de la música psicodélica, y el Buffalo Springfield
desaparecido desde entonces pero que proseguirla las investigaciones preparadas
por Dylan sobre renovación de las armonías tradicionales norteamericanas.
La música psicodélica va a rebotar entonces sobre Inglaterra.
Dos de los mejores grupos ingleses de hoy, en efecto, salieron de allí. El Pink
Floyd, reconocido y celebrado y que desde 1967 buscó utilizar a la electrónica
en forma plena. Su doble álbum Ummagumma corona y cierra, según parece, esas
tentativas. El Soft Machine, partió por los caminos más oscuros de la música
contemporánea, llevando por bagaje la herencia del gran saxofonista de jazz
John Coltrane, teniendo como objetivo integrarlo a una música monocromática
derivada principalmente de la de Terry Riley.
Entre tanto, el viejo rock no había muerto. Su tradición de
violencia, de rebelión y de sexualidad exacerbada, alimentaba la música y
nutría el éxito de un número importante de grupos, algunos de los cuales
sobresalen muy por encima del lote. En primer lugar, los Rolling Stones,
quienes desde 1964 aparecieron como los contendientes de los Beatles.
Perversión, provocación, soberbio juego escénico, voz lasciva y rostro sensual
de su líder Mick Jagger, conflictos permanentes con las autoridades les
valieron a la vez el afecto de los barrios y los escalofríos de las grandes
duquesas. Los Who, al comienzo se inscribían en la misma tradición, ñero
consiguieron evadirse en su último álbum, la excelente ópera pop Tommy. Led
Zeppelín, en fin, desde 1969 los amenaza a todos con su música violenta y
chillona.
Sin embargo, el blues también conserva sus defensores. En
Inglaterra y desde el comienzo de la década del 50, John Mayal formó algunos de
los mejores músicos del pop inglés y principalmente a Eric Clapton, gran
guitarrista. El grupo Mayal vegetó durante mucho tiempo antes de encontrar
—historia moral del pop— la notoriedad. En Inglaterra, todavía, y desde hace un
año, Joe Cocker, soberbio cantor de feeling, apareció como un cometa disputando
el lugar de gran bluesman por» al negro Richie Haven, salido también del surco
de un Bob Dylan. Finalmente, otros grupos interesantes evolucionan por las
orillas del blues o del folk. The Band, antigua orquesta de Dylan, toca la
música del Sur de los Estados Unidos, Crosby, Still, Nash and Young hacen
crecer con talento la alegre balada; la increíble String Band desempolva la
música del Renacimiento.
Apartado de todos, pulverizando el rock, trascendiendo al
blues, multiplicando su guitarra, estaba Jimi Hendrix, violento, magnífico, uno
de los más grandes. Murió por haber vivido con demasiada intensidad. Su
presencia, sin embargo, permanece soberbia.
1970-1971... La pop music pareciera que se divide en dos
ramas. Una de ellas explota los géneros antiguos, blues, rock, jazz a veces,
enriquecido por e' sincretismo pop. La otra reúne a loa que evolucionan en
busca del pop progresivo y del porvenir. Entre ellos se encuentra primero Frank
Zappa cuyas composiciones para los Mothers of Invention durante mucho tiempo
dejaron estupefactos a los Estados Unidos. Hoy —es una sorpresa—, Zappa aparece
como un músico importante influenciado a la vez por Edgar Várese, Ligeti y los
jazzmen Ornette Coleman o Eric Dolphy. Uno de sus últimos discos con los Mothers,
Weasels Ripped my Flesh, ilustra elocuentemente esta evolución. Otros grupos
buscan más bien arrojar un puente entre el jazz y la pop music. La técnica
instrumental del primero es multiplicada por la técnica electrónica y la
libertad formal del pop. En los Estados Unidos, un grupo de músicos próximo a
Miles Davis se ejercita en esta dirección como dan fe dos maravillosos álbumes:
Coryell del guitarrista del mismo nombre, y Devotion de otro guitarrista, John
Me Laughin.
La evolución del pop hacia la música contemporánea y el
free-jazz probablemente va a dominar la década del 70.
Es una evidencia que en el mundo pop la era psicodélica
parece definitivamente clausurada, en provecho de otra, todavía incierta, pero
seguramente más politizada y más radical. De esta radicalización creciente del
movimiento pop se trata aquí con "textos en la mano”.
En el más puro estilo cool o acústico también Buffalo
Springfield (es decir lleno de matices, con las guitarras amplificadas pero no
eléctricas) hace todavía muy poco tiempo que Crosby, Still, Nash y Young
cantaban los textos que ellos mismos escribían y que evocaban la liberación del
individuo sobre la ruta, su necesario regreso a las fuentes, a la Naturaleza
—anticiudad, aurora que debía aparecer luego, tanto más radiante que lo que se
hubiera podido esperar.
Pero a la represión que va creciendo responde la
radicalización. ¿Cómo sorprenderse, en esas condiciones, del carácter
esencialmente político del último texto de Neil Young, que habla de cuatro
estudiantes de la Universidad de Kent (Ohio) asesinados por la policía
federal?.
Una evolución paralela se produce en un grupo de San
Francisco, el Jefferson Airplane. En el L.P. After bathing at Baxter’s que
marcaba el apogeo de la era psicodélica, se cantaba a la juventud, a la paz, al
amor y a esas “nubes maravillosas”.
Pero en esta bruma psicodélica uno queda prendido por el título del último L.P. de Jeffersson Airplane: Volunteer of America y muy particularmente, en este disco, por el Himno de los voluntarios;
Y en una reciente entrevista realizada al grupo Airplane la
conversación se termina con este diálogo significativo:
Pregunta; ¿Ustedes creen en una revolución pacífica?
Kantner (Paul); Desde hace diez años, la gente ha cambiado.
Las comunas, los pelos largos, es una revolución..
Pregunta: ¿Con qué tipo de militantes tienen ustedes más
contactos?
Kantner: Sobre todo con los grupos violentos como los
Weathermen.
Pregunta: ¿Les gusta que hayan hecho saltar una comisarla en
Nueva York?
Kantner: Hmmnm, sí, estuvo bueno.
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