Cierran La Casa Gardeliana De Medellin.
El Adios A Un Templo Tanguero
La Casa Gardeliana, el templo del tango en Medellín, cerrará sus puertas. Y los recuerdo de Gardel iran a un
museo en el aeropuerto Olaya Herrera, donde murió el cantor. Así lo informa el diario El tiempo, de Medellín, en una edición reciente. Pero detrás de la frialdad de la noticia hay una historia para rescatar.
La Casa Gardeliana nacio en febrero de 1973, cuando en esa calle proliferaban las tabernas y bares para tangueros donde permanentemente se rendía culto a la memoria del Zorzal criollo. En ese ámbito, la casa se convirtió bien pronto en una institución.
Un argentino que llegó a Colombia en 1960, Leonardo Nieto, fue su gran animador. Amplió el local, recopiló más de 700 canciones de Gardel y garantizó la permanente presencia de músicos y cantores.. Desde allí partieron, cada 24 de junio, desfiles de apasionados por el tango que acercaron ofrendas florales a la cercana estatua del ídolo. También se recuerda el paso por el lugar de Sabato y Borges. Entre las tantas historias y recuerdos que retoman en esta “hora de la triste despedida” (como dice el tango) hay un hecho que nadie olvidó. Fue cuando la pasión tanguera le ganó minutos a la muerte. El cantor Guillermo Lanús cantaba La última copa, cuándo, en la mitad del tango lo sorprendio un infarto pero se aferraba al micrófono y le hacía señas a los musicos para que aceleraran la melodia. Transpirando, llegó a los últimos versos: “Y si la ven, amigos díganle / que ha sido por su amor que mi vida ya se fue..." allí cayó fulminado. Era un 24 de junio y se homenajeaba a Gardel a 40 años de su muerte. Nunca más se volvió a cantar ese tango en la Casa.
Allí, el cantor argentino Héctor Blótta, vivió años dé esplendor desde el 85 al 88, cantando el repertorio gardeliano y oficiando de director artístico. Y habita y hace sonar su fueye, Elíseo Márchese, nacido en Avellaneda y uno dé los mejores bandoneonistas que pasaron por su escenario: Hace cinco años que el lugar había cerrado al público, afectado por una época de terrorismo que alejó a sus clientes y habitués, que dejaron de salir de noche; Pero siguieron reuniéndose allí, todos los meses, los integrantes del Club de Amigos del Tango, para prolongar tanta devoción irreprimible. Ahora, la antigua casona será convertida en una sede "ecológica” y sólo que darán los ecos de la voz de Gardel
Espectáculos • Clarin •
Sábado 7 De Junio De 1997
Hector Negro
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