Se siente un sobreviviente de la música nacional, sigue con "De Ushuaia a la Quiaca", con
las canciones contestatarias, con su amor a la vida. Y, aunque el mundó se empeñe en olvidar.; él está orgulloso de tener memoria.
Cuando era pibe me fascinaban los circos
porque están siempre en un lugar diferente, llegan sin publicidad, hacen lo
suyo y se van. Al hacer "De Ushuaia a la Quiaca" siento que vivo en
una especie de circo. A mí me encantaría tener una casa rodante, salir a viajar
y parar en cualquier pueblo, dormir en el monte. Tal vez algún día lo haga,
por ahora lo más aproximado es "De Ushuaia a la Quiaca.”
Desde la adolescencia a León Gieco lo obsesiona
este recorrido. La primera vez que lo hizo fue a los catorce años, con
diapositivas y un libro de geografía, durante un intercambio estudiantil. El
viaje de verdad llegó en los ’80, con unaxámara de video, equipos de audio y
algunas personas tan locas como él. Su investigación no terminará nunca, ya que
siempre faltan lugares que conocer. Se imagina a los 60 años, todavía de
recorrido, dándole rienda suelta a su obsesión.
¿Sentías que esas melodías étnicas que uos registrás van a perderse?
Económicamente pueden llegar a reventar el país,
pero la cultura no se pierde nunca. Por más que no la pasen ni por radio ni por
televisión estos músicos van a seguir existiendo porque las crea el habitante
del lugar más el clima. Este es uno de los pocos países del mundo que tiene
mil músicas diferentes en cada lado, se da el lujo de tener, por ejemplo,
sesenta y siete bailes recopilados por Carlos Vega aunque nosotros sólo
conozcamos el gato, la chacarera y el rock que se baila en las confiterías. Lo
que quiero hacer es un mapa musical de la Argentina. Suena muy lindo, pero ¿a quién le importa? A nadie (se ríe a carcajadas). Lo que hago con
"De Ushuaia a la Quiaca" no es comercial sino de recopilación de
músicas étnicas para que queden
registradas en la historia. Mis discos no son del momento, porque hago
canciones contestatarias, como la que habla de las Madres de Plaza de Mayo y
¿a quién le importn hoy las madres? Ellas van a morirse dando la vuelta a la
pirámide y a nadie le interesa, sin embargo yo soy una persona orgullosa de
tener memoria. No baso mis trabajos en a quién le importa y cuántos discos voy
a vender. Si con el grupo sacamos un disco es porque tenemos ganas, después, si
no vende nos comeremos la pálida. Componemos un eslabón muy importante dentro
de la música nacional: somos los sobrevivientes de la música argentina; hacemos cosas como "De Ushuaia a la
Quiaca", hablamos de derechos humanos, de ecología, nos importa tocar en
las villas, para los pobres, y tenemos cierto conocimiento de las músicas
folclóricas. No es que seamos anticomerciales, sólo que en ningún momento se
me ocurrió desviar el rumbo de mis canciones con tal de vender más discos. Mensajes del alma, la última creación de León Gieco, salió hace unos meses; este año se publicará un
libro sobre su vida y con la financiación de Rosario, finalmente editará el
video "De Ushuaia a la Quiaca",
Planea una versión de cinco horas, por capítulos, para las escuelas y otra en
formato de video hogareño, de ciento treinta minutos, con mucho de clip y
respetando el lenguaje televisivo.
A los chicos les da vergüenza el folclore -dice- y aunque sigue con otras cosas, el tema queda picando: yo suelo
hacer clínicas musicales para estudiantes y algunas, veces me tocan colegios
pitucos. Entonces arranco con Kilómetro 11 y veo
que hacen cara, miran hacia el costa-, do... sienten una vergüenza tota! de Kilómetro 11.
Al terminar les digo que canté ese tema para que
desaparezcan todas las vergüenzas que puedan tener con el folclore. Les digo
que noto como se ponen con esta música y que eso les pasa porque Kilómetro 11
es la música de la sirvienta, con quien ellos tienen muchos choques. Ya ahí ios
pibes empiezan a prestar más atención. La sirvienta a veces actúa como mamá o
papá, les cambia los pañales, plancha la ropa, los va a buscar al colegio.
Es la persona de confianza. A veces sirve como psicóloga porque regula la mala
onda de la familia. Entonces, ¿cómo que no hay que quererla? Ella es la persona
más querible, habría que levantarle un monumento al lado del obelisco. La sirvienta
escucha chacarera, chamamé y ¿cómo los demás vamos a oír lo mismo? No, nosotros
tenemos que escuchar música europea, norteamericana. En realidad, la sirvienta,
la chacarera, el chamamé son muy folclóricos. A los que les da vergüenza es por
desconocimiento.
Para contrarrestar la / desinformación quiere hacer vi-deoclips de Gerónima
Sequeira y Sixto Palavecino, dos músicos indígenas que
representan formas folclóricas desconocidas masivamente. Gieco hizo su primer clip en el ’93, con el tema Los Salieris
de Charíy. ¿Se volvió, de
repente, fanático de los videoclip?
No, pero me sirven para que pasen por televisión a
Sixto y a Gerónima.Porque yo trabajo con músicas étnicas, lo cual no le
importa a nadie, es verdad; pero, por otro lado, me manejo con el código de la
TV actual. Voy a lo de Tinelli, a lo de Susana Giménez, a lo de Mirtha Legrand
a hablar, no tengo ningún problema. Me parece piola usar los espacios que a uno
le dan para decir lo que se piensa. En lo de Mirtha hablé de los desaparecidos.
Ella se puso a llorar y dijo que estaba cambiando; a mí no me importa si está
cambiando o no, lo bueno es poder ir y no transar... porque si no vas ni
siquiera a esos espacios quién te va a escuchar.
GRACIAS COMPADRITO
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