viernes, 10 de julio de 2015

1297 - Litto Nebbia - 1980 - Creer

Expreso Imaginario

Noviembre de 1980


Carta de Litto Nebbia

Hace un par de meses le escribimos una carta a Litto Nebbia, mandándole una cantidad de preguntas, intentando un reportaje a la distan­cia. No queríamos hablar del Litto Nebbia que está en la raíz del rock nacional, el que con Los Gatos puso en movimiento a la música joven ar­gentina, ni de aquel que fue el primer rockero en explorar las posibilidades de nuestro folklore de campo y de ciudad, en épocas en que todo el mundo quería ser Led Zeppelin. Tampoco queríamos hablar de los talentos que él “des­cubrió”, gente como Dino Saluzzi, Domingo Cura, Mederos, etc. Queríamos que los muchos seguidores de Litto en la Argentina tuvieran un contacto íntimo con el personaje, hoy, allá. Y por suerte Litto contestó así, como un amigo que cuenta a otro amigo las cosas que le están pasando últimamente, que son muchas.

¿Cómo y por qué te fuiste?

Me fui de Bs.As. exactamente 20 días después de que terminara el mundial. Primero fui a Brasil y di recitales por Sao Paulo, Río y Curitiba con Mirtha Defilpo. De allí después de 4 meses seguí solo para México, con la idea de quedarme 10 días a conocer y seguir a EEUU. La única idea que tenía del lugar era los boleros que cantaba con mis padres cuando era chico, ya que ellos eran amigos de muchos compositores famosos de la época romántica del bolero meji­cano. No conocía absolutamente a nadie ni llevaba ninguna recomen­dación. En realidad mi decisión de viajar estaba planeada así. Me dije que al cumplir 30 años iba a salir a recorrer lugares que yo no cono­cía y donde tampoco se conocía mi música, pero quería comenzar a foja cero. Me iba tranquilo de Ar­gentina porque estaba satisfecho con todo lo que hice durante 15 años. Un poco lo que quería era probarme de nuevo a mí mismo, vi­vir otra vez lo que me pasó cuando llegué a Bs.As. desde Rosario a tentar suerte con la música, ahora con mayor experiencia y seguri­dad. Pero lo que me atrae es la ad­versidad, porque sé que cuando se consigue algo, la satisfacción es plena y hermosa.

Aterrizaje en México

Enseguida me enteré de cómo funcionaba el trabajo en México, por un lado la faceta netamente comercial -como en cualquier lu­gar del mundo- y por otro el que desarrollan distintos centros cultu­rales del gobierno y algunas empresas privadas. Aquí hay público para todo, y especialmen­te un público ávido de nuevas expresiones, ya que no existe un movimiento de música popular nueva que refleja a México, o algún lugar de Latinoamérica en especial. Nuestra historia desde Los Gatos en adelante no la conoce nadie; y Piazzolla sólo empezó a escuchar­se un poco por la radio hace dos meses, ya que vino con su quinte­to a dar recitales, y entonces aho­ra sí se sabe quién es y qué hace. Me fui a ofrecer personalmente a estas entidades culturales mostrando mi curriculum y mis últi­mos discos. Me encontré con al­gunas cosas absurdas, como por ejemplo que en algún lugar al ver lo tanto que había hecho se ate­morizaban de contratarme, ya que tenían eventos de trayectoria más humilde, pero en otros les interesaba por lo original del material. Así es que comencé a dar recita­les de hora y media, en los que cantaba nuevas canciones, tocaba la guitarra, hacia improvisaciones de piano y hablaba sobre el porqué de lo que hago tanto rítmica como armónicamente. Me hice de buenos amigos y se editó mi pri­mer Lp, que fue "Litto Nebbia & Mirtha Defilpo: Toda canción se­rá plegaria” (inédito en Argenti­na). Comenzaron a salir notas y a pasar el disco por algunas radios.

Al día de hoy ya he realizado unas 70 presentaciones no sólo en la capital, sino por una docena de ciudades del interior como Monterrey, Monclova, Baja Cali­fornia, Saltillo, San Luis Potosí, Aguascalientes, Chihuahua, Zaca­tecas, Veracruz, etc. Con dos ami­gos tenemos Melopea, que en un principio fue creada solamente pa­ra editar mi material, pero ahora estamos tratando de sacar discos de otros artistas de quienes nos interesa la línea musical. Así saca­mos "Parábola", el nuevo de Alchourrón. Toda la parte "empre­sarial”, para llamarla de alguna ma­nera, está manejada por un amigo mejicano, Juan Rodríguez Flores, y otro argentino que reside aquí hace cinco años, Fernando Solea. Es gente con la que en principio nuestro acuerdo fue artístico, ya que es la única manera en que se puede hacer sociedad con al­guien. Grabé tres programas de TV para el gobierno en los que me pude explayar mucho hablando de Saluzzi, Cura, el trío, Alchourrón, etc.

Es muy bueno este trabajo de entidades culturales, porque nadie te contrata porque seas famoso o porque tu material es bailable, o ese tipo de idioteces, sino que se te da por tu propia capacidad, se te paga muy bien, y estás muy tranquilo, porque seguís de­sarrollándote, haciendo algo dig­no.

Un pie en nueva york

Desde aquí se hace muy fácil viajar para cualquier lado, y por eso lo hago constantemente. A comienzos del año me fui tres me­ses a Nueva York y luego a Montreal. Lógicamente, Nueva York es el centro mundial del arte en cuanto a actividad. No sólo de allí salen los inventos comerciales más monstruosos, como la música disco, sino que coexisten también distintos estilos y excelentes mú­sicos; y esto pasa también con el cine, la danza, y cualquier tipo de espectáculos, me podría haber quedado a vivir allí, porque si bien es dura la competencia, también es terrible la cantidad de posibili­dades hav. Estuve con Alchourrón y grabé para su último Lp. y él grabó para el mío. Él está con su mujer, Analla Lovato, y vi­ven muy bien. Hace arreglos y gra­baciones para otra gente, y actúa también con un grupo de músicos norteamericanos que él dirige y donde él toca la guitarra y la mujer el sintetizador y canta. Además hay vibrafonista, pianista, baterista, bajista y percusionista. En es­tos meses tenía que volver allí ya que Rodolfo iba a grabar un Lp. con su grupo y me pidió que toca­ra el piano, sintetizadores y canta­ra algún tema en el long play, pero no pude hacerlo porque me salió una gira fuerte aquí, y realmente éste es el lugar donde estoy más estabilizado y tengo más compro­misos. De ahí nace la idea de la Melopea Small Band, porque va a haber material y arreglos de los dos con cierta característica or­questal, ya que con todos los ins­trumentos que tocamos tenemos la posibilidad de lograr muchos matices y sonar como una orquestita. Lo que me mataría de U S.A. es que aunque puedo hablar y cantar en inglés, ¿qué hago con mi forma de expresión mediante las letras en castellano, que además hablan de algo muy localista, muy directo, que nos llega a nosotros especialmente? Por eso decidí quedarme en México, y desde aquí viajar a N.York o Argentina o don­de sea, según salgan los compro­misos.

Grabaciones

Los discos que editamos se venden muy bien; no sólo vende­mos para México, sino para U.S.A. y Brasil, y también, aunque parez­ca insólito, para Argentina. Suce­de que cuando me fuel de Argentina no tenía contrato con ningún sello grabador, cosa que espero siga siendo así hasta el fin de mis días, ni con ninguna editorial, ni con representante alguno. ¡Qué tran­quilidad!

La música Argentina nueva no tiene posibilidad de ser reconoci­da mundialmente como un bloque, como un movimiento, porque no existe, lo que hay son expresiones individuales. Si Brasil es el único país de Latinoamérica que con la música popular ha logrado tras­cender fronteras y ser reconocido mundialmente, se debe no sólo al talento de sus compositores e in­térpretes, sino también a que la música que hacen posee un ele­mento muy identificable en cual­quier lugar, que es el ritmo. Es muy difícil que un checoslovaco reconozca en las canciones de Luis Alberto o en las mías una mú­sica argentina, teniendo en cuenta solamente el tipo de armonías que usamos, o la forma de cantar, o las letras. Creo que no hay que pre­tender eso como objetivo, sólo hay que esperar que algún día los argentinos (todos), digan que nuestra forma de expresión nació de allí, y por eso es argentina. La solución no está tampoco en ha­cer una fusión de la chacarera e improvisar con sintetizadores. A esta altura de mi trayectoria com­positiva, hago música instrumenta! en la que exploto todas las posibili­dades musicales que conozco por estudio, anexadas a mi personal modo de armonizar, de escribir una melodía o manejar una cuestión rítmica; y luego, tengo canciones melódicas, con texto, más melancólicas, que parecen tangos de Gardel y Le Pera o, por lo menos, yo me doy cuenta de que si existe alguna influencia proviene de allí, porque ese tipo de canción desesperada del tipo solo y enamorado en la ciudad es con lo que crecí, lo que asimilé como rosarino hijo de italianos y españoles que se va a Buenos Aires a los 15 años y luego sigue viajando de aquí para allá.

Planes futuros

En estos momentos estoy trabajando con el quinteto y tengo algunos trabajos de arreglos para otros artistas. Estaré en esto aproximadamente hasta el 20 de diciembre. Luego me voy para Buenos Aires a pasar las fiestas con mi madre a quien hace más de dos años que no veo. Visitaré a algunos amigos y descansaré. Me voy a quedar hasta mediados de febrero, ya que debo estar de regreso el 10 de marzo para grabar, y luego ir a Nueva York con Alchourrón.

He tenido varias propuestas de volver a tocar en Argentina, pero hasta ahora ninguna se ha concretado, porque no están dentro de mis exigencias económicas y otros detalles de producción de los espectáculos. Me he prometido no volver a tocar en Argentina si no se cumplen los requisitos económicos y de producción que pido. Durante 15 años desarrollé todas las formas que pueden existir de trabajo, grandes recitales, pequeños recitales, producir yo algunas cosas, viajar al interior por menos dinero para que te puedan ver, clubes de jazz, boliches, bailes, escuelas, etc. Estoy un poco agotado, no quiero tener que perseguir a nadie que me dio un cheque sin fondos, o preocuparme porque no fue mucha gente porque a la misma hora pasaban un partido de fútbol por TV. El dinero que pido es el que pienso que valgo, luego todo es muy simple, cómprelo o déjelo.

No sé, por ejemplo, si se sabe que uno de los últimos recitales grandes que hice en Buenos Aires antes de irme fue el del Hípico “Encuentro", y creo que fueron cerca de 10.000 personas; bien, tardé un año y dos meses en cobrar todo el dinero que me correspondía. Dimos con el trío un recital en Bahía al que asistieron 800, personas, y cuando terminamos de tocar el empresario se había ido a Chile (¿?) con el dinero. Anécdotas como éstas tengo más de 100, ¡basta!, esa película ya la vi. Por supuesto que tengo ganas de volver a tocar allá, y mostrar todas las cosas nuevas que he hecho; pero no debo confundir mis deseos de tocar para la gente que siempre me apoyó, con un negocio terrible en el que un pirata de turno se lleva todo el dinero, de acuerdo con el erróneo concepto de que los músicos somos "lo-quitos divagantes” y se nos puede manejar...anda a preguntarle a Zappa o a Corea si se los puede a tocar en Argentina cobrando lo mismo que me pagan en el extranjero. Aquí en México, por ejemplo, desde el primer día en que llegué sin que nadie me conociera, ganaba lo mismo que en Buenos Aires.

Yendo a la parte musical, me gustaría armar un espectáculo con un collage de cosas viejas mías y nuevas; fragmentando todo un grupo con solos de piano, temas con guitarra, sintetizadores y todas las cosas que me gustan.

Los nuevos discos no llegan a Argentina porque hemos perdido contacto con un importador que conocí en Nueva York, pero ya lo arreglaré yo personalmente cuando vaya para Buenos Aires a fin de año.

Otro trabajo que desarrollo aquí es el de hacer arreglos para otra gente. Es algo que me gusta y en lo que cada vez voy adquiriendo más experiencia de grabación y sonidos de instrumentos. Aprendí mucho haciendo los arreglos de una obra de música infantil en donde la propuesta era no repetir el esquema que desde hace tanto se usa en música para niños, tratándolos como sordos o idiotas. Usé muchos sintetizadores y recursos rítmicos. También grabé un Lp que se llama “Litto Nebbia U.S.A.”, y es totalmente en inglés. Es un disco de características musicales americanas, aunque aparecen mi estilo y mi forma de cantar. Lo hice para un productor que piensa editarlo aquí en México y venderlo en U.S.A. Me gustó el trabajo Ojalá algún día se pueda editar en Argentina. Luego hice “Creer", que está grabado la mitad en Nueva York, y la otra mitad son tapes inéditos en Argentina. Luego hice el de piano solo. Antes de fin de año va a salir el del quinteto que formé ahora. He escrito para este grupo 15 temas nuevos pensando en las posibilidades sonoras con las que cuento, ya que hay varios instrumentos.

Acá, en México, hay muy buenos músicos, pero están desperdigados; los mejores grupos siempre copian al rock europeo, a la fusión norteamericana o al folklore latinoamericano. La actividad cultural es cuantiosa, no solamente por la cantidad de espectáculos internacionales de cualquier género, sino por la actividad literaria y el cine, además de que encontrás los discos que querés. Esto para mí es importante porque no me aísla de todo lo que me interesa artísticamente para seguir desarrollándome, igual que en Nueva York, siempre hay un lugar nuevo para recorrer que no conocés Pero lógicamente no domino el inglés como el castellano, y eso hace que al fin uno no disfrute tanto una película, o la lectura de un libro.

La música latinoamericana

 Resulta ser que así como en Argentina se sabe mucho de la música de otros lados de Latinoamérica, hasta llegar a Brasil, acá en México se sabe mucho de música centroamericana, de la que nosotros no sabemos nada. Conocemos sólo esa deformación de la cumbia que se usa para el baile. Aquí hay una gran actividad de grupos de música afroantillana, o como ahora la llaman: “salsa”. Es increíble la calidad de algunos de estos grupos, la calentura con que tocan, y lo que son técnicamente! También hay una total edición de los Lps. de tipos de gran nivel como Willie Colon, Rubén Blades, Héctor Lavoe, Eddie y Charlie Palmieri, Larry Harlow, etc. Tuve la suerte de grabar en un disco de “salsa" haciendo un solo de piano, algún día lo escucharán.

Lo único que se conoce aquí de América del Sur es su forma tradicional en folklore o tango, y de igual manera la idea que tenemos nosotros de los mejicanos es la de un charro con sombrero tirando tiros (¿?). Para colmo de este aislamiento dentro de la misma latino-américa, tenemos que en cualquier peña (especie de café concert de aquí), tanto en México como en Nueva York o Montreal, hay argentinos, uruguayos o chilenos, que trabajan tocando. Y muchos de ellos adoptaron esta actividad como una salida económica, ya que nunca habían tocado antes. Cantan "Alfonsina y el Mar”, “Sapo Cancionero” y "El cóndor pasa", y los turistas disfrutan, creyendo que están escuchando la realidad de la música de nuestros países! En los primeros meses que pasé aquí, cuando yo decía que era argentino la gente me preguntaba si tocaba folklore o tango.

Lo que me hace sentir cada vez más seguro es que llego a cualquier lado donde nadie me conoce y hago lo mismo que siempre hice: cantar mis últimas canciones. Van a notar que el disco "Creer" tiene un sonido "porteño" que se cae. Y si te ponés a pensar que lo grabé en Nueva York, con técnicos yanquis, eso es una satisfacción.

Tengo varias ideas al respecto. Música es lo que me sobra, ya que mi producción sigue siendo tan cuantiosa como cuando tenía 15 años, ya se concretará algo.

Te estoy enviando por correo mi último Lp. “Creer” y el nuevo de Rodolfo Alchourrón “Parábola”, que produje, y se acaba de editar aquí en México por nuestra compañía, Melopea Records. El mes próximo voy a enviarte el nuevo Lp mío que sale aquí, y es "Lito Nebbia Solo Piano Vol. 1", que por supuesto es de improvisaciones en el instrumento. Actualmente estoy trabajando aquí con un quinteto que armé hace más de un mes y pensamos grabar un LP dentro de un mes más, para que aparezca a fines de año. Estoy contento con este grupo porque puedo desarrollar mis nuevas ideas y arreglos para las nuevas composiciones. El grupo actúa así:

LITTO NEBBIA/QUINTETO

Litto Nebbia: piano, guitarra y canto.

Alejandro Campos: saxo tenor, soprano y flauta.

José Iglesias Saavedra: guitarras y flauta.

Alfonso Miranda: bajo eléctrico y flauta.

Andreas Lusher: batería y percusión.

Gracias de nuevo por escribirme, y que sigan bien. 

Sinceramente.

Litto Nebbia


3 comentarios:

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