Charly García y Gustavo Cerati, los mejores de la década
EL SABOR DEL ENCUENTRO
Hasta ahora, un par de
shows compartidos hace varios años, el fallido disco tango 3, la canción
“pasajera dance” y unas fotos simbólicas de fin de algo los habían reunido.
Esta vez, la excusa fue su victoria en el rubro clave de la encuesta 1999 del NO.
A partir de ahí, un diálogo imperdible sobre river, racing catupecu Machu, Burt Bacharach, menem, ringo Starr, las mejores canciones de cada uno y la promesa
de un proyecto en conjunto. Y... Es todo, que no es poco. Felices fiestas,
amigos.
Tremendo
Charly García anuncia su
estado en la tarde de calor, esperando por Gustavo Cerati. Toca un poco el
piano, toma agua, gaseosa y whisky alternativamente, fuma, vuelve a tomar,
vuelve a tocar el piano. Casi siempre Los Beatles. También exhibe con orgullo
una encuesta de una revista que define “muy de Palermo” que lo ubica tercero en
el rubro “músico del siglo”, detrás de John Lennon y apenas debajo de ¡Los
Beatles! Cerati viene en camino, avisan. La causalidad histórica de sus obras
ha hecho que se reúnan, invitados por el No, para “celebrar” que los músicos
argentinos de rock los hayan considerado los Artistas de la década. Llega
Cerati y trae de regalo para el dueño de casa, Play, de Moby. Charly no sabe
quién es, pero promete escucharlo ante la recomendación que acompaña el obsequio.
Pero la charla de dos argentinos, hombres, padres de familia, músicos y estrellas
de rock, se inicia verdaderamente con un comentario de neto corte cotidiano.
Charly dice algo sobre el reciente campeonato de River, cuenta que vio el
partido en Caballito, que se cortó la luz ni bien Saviola embocó el penal y
Cerati, recién llegado, comenta: “¿Vos sos de River? Ahora te podes reír de
todos...”
Charly: Ah, jajaja...
C: Hoy discutíamos con
él (señala a un amigo suyo), que dice que Racing nunca había salido campeón del
mundo.
G: Claro, le ganó al
Celtic 1 a 0 con gol del Chango Cárdenas.
C: Cuando yo me hice de
Racing, mi viejo era de Independiente. Después no embocamos más hasta ahora.
-Por eso le dicen
Martín Karadagian, porque ni los chicos pueden creer que fue campeón del
mundo... (risas)
C.- No se me rio pro
compromiso, pero nada más.
G: No, no, no jodan con
Racing. Racing es un equipo destinado a la utopía.
C: ¿River fue campeón
del mundo?
-El motivo del
encuentro es que, con el voto de otros músicos argentinos, ambos han sido
elegidos con la misma cantidad de votos, los artistas de la década. ¿Algún comentario?
C: Artistas hay muchos,
como estrella tendría que ganar Charly sin ninguna duda. Estrella porque tiene
ese tipo de luminosidad...
G: No te hagas el vivo.
C: No, realmente, es un
halago un empate con Charly. ¿Cómo fueron los votos, qué significa bien esa
elección?
-Votaron 99 músicos y
ustedes dos salieron primeros.
G: ¿Y para esto
viniste? (Risas.)
C: Charly juega como al
truco, ¿viste? '
G: ¿Qué salimos?
C: Artistas de la
década.
G: Está bien, está
bien.
C: Estaba pensando que
cuando a mí me preguntaron, yo no supe contestar quién, realmente. Aparte, en
la década pasan tantas cosas... ¿No? No por la arbitrariedad de una década, sino
porque diez años son un montón.
G: ¿De esta década?
C: Sí.
G: ¿Y de las otras
décadas?
-Cómo termina, estamos
preguntando por ésta. Hace unos años, el No hizo una sobre la historia del rock
nacional y ganó el disco de Almendra...
G: ¿Cuál de Almendra?
¿El primero? Ah, bueno, está bien. Yo pensé que era Almendros, un grupo de cum-bia
rock. Yo quiero aclarar que no tengo nada que ver con la cumbia rock, el
latinaje y todo eso: me parece una cagada, una mierda, ¿Ok? Bah, no todo, pero
casi. Que no sepan afinar, que no tengan ideas, que encima se hagan los piolas
y que sean suburbanos.
C: ¿Suburbanos?
G: Sí.
C: Sub-urbanos.
G: Además son feos. El
día que nos sacamos una foto con él para una revista, otra de artistas de la
década, cada mil años nos ponen, éramos lo peor, estábamos en un costadito y lo
del medio de la foto no importa. Había un salame que todo el tiempo hacía chistes,
como si fuera el rey de no sé qué, y yo ni sabía quién era.
C: ¿Uno que gritaba?
G: Sí, uno que gritaba
todo el tiempo... Catupecu Chapu, esa porquería. Catupechu Machu o Chatuca la
Hiena o Machuca la Hiena, va a ser devorado por Leonor Manson. Ojo al piojo,
Capetu Cachu, lo que sea, tiene los días contados: Mónica Sucre está atrás de
ustedes, Amalita Von Quintiero también.
C: Amalita...
G: Amalita Von
Quintiero es el bajista de Backstreet Shakiro (risas). Y Machucha La Hiena, que
creo que es un grupo de Chile.
C: Bueno, él me contó
lo que viene haciendo, porque tuvimos otro encuentro para hacernos fotos.
Venimos haciendo muchas fotos, Charly.
-Han estado juntos
bastante, últimamente ¿no?
C: Algo pasa. Se siente
el 2000, ¿no? El brindis y la pelota.
G: ¿Te acordás con
Yoko? ¡Qué momento!
C: Y qué foto, también.
-¿Estuvieron los dos con Yoko?
C: Sí, los dos
recibimos como la bendición. Fue una sensación muy fuerte que compartimos...
G: Y ustedes no.
(Risas.)
No está muy claro por
qué Cerati, un rato después, menciona la palabra “Offspring”. Veloz como un
rayo, García dice “Spring”.
Entonces Gracias
totales afirma: “Los mejores nombres del rock nacional los pone Charly. Creo
que Charly ganaría tantas encuestas que, que yo tenga un empate es un verdadero
honor. Te lo digo de verdad”.
G: No te burles de mí.
: ¡No, boludo! ¿Sabes
la cantidad de encuestas que podes ganar? En la del siglo se complica, por eso
sólo se le animan a la década.
G: (Mirándolo fijo.)
¿Vos pensás que yo soy el mejor músico de la década?
C: Yo creo que estos
últimos diez años fueron como un siglo para mí. Eso siento.
-Por ahí, ahora los
siglos duran diez años.
C: Un diez por ciento
de su valor.
G: ¿Pero soy o no soy?
C: Totalmente.
G: Apurando... (Risas.)
C: Y en el siglo,
rivalizarías sin ninguna duda con el otro Carlos, que ocupó la primera parte.
G: Y bueno, hice una
mano 04 Medellín. (Risas.)
C: Yo comparo la
situación de recibir una encuesta de la que tengo que hablar con la realidad de
cuando tenes que hacer la encuesta. Realmente, hablaba con amigos... A mí se me
hace difícil, sobre todo cuando se habla de una década. Yo lo dejé en blanco,
la verdad, no porque no crea que no haya, sino porque creo que hay una cantidad
importantísima de artistas que hicieron algún escalón. Algunos son más brillantes,
otros más populares. Y te ponen en una situación de definir... A veces no es
fácil.
-Y en este año estuvo
todo esto del fin de siglo.
G: A mí todo esto me parece
superfluo. Lo que mejor me parece es que estemos acá nuevamente y que sea una
cosa así... Por lo que representamos, por los ecos que provocamos, por el grupo
que podríamos hacer, imaginariamente, sumando fuerzas. Y eso está bueno. El
motivo principal es la música y supongo que yo les cerraba a algunos todo el
panorama sin uno o sin el otro. Eso lo digo así de última, pero si pensamos
bien... Me acuerdo cuando Luis Alberto y yo éramos como River y Boca, o Pappo y
yo: era un bajón total.
C: Es como los Redondos
conmigo.
-Tal vez sea una
cuestión de costumbre argentina...
G: Es tan ridículo eso.
Que no pasa por uno, además, pero sí a través de la gente. Y es real, eso de
que se genera odio. Hace poco fui a un club de fans de Soda, y pasaban a los
Redondos.
-Estuvieron tocando
juntos en el Gran Rex en las presentaciones de Bocanada, ¿fue la primera vez?
C: No, tocamos en Mar
del Plata una vez, otra vez en Palladium y otra vez en México.
G: Lo que yo recuerdo
con más cariño es Tango 3. Que nunca se hizo, pero la onda que pusimos...
C: Llamar por teléfono
a Ringo Starr también me pareció un momento único... (Risas.)
G: O cuando estaba mi
acompañante terapéutico, porque yo en esa época estaba en una clínica. Me acuerdo
de Gustavo entrando a la casa de Pedro, donde grabábamos. El trajo una botella
de champagne y el cabezal del Marshall sin parlantes, sabiendo que lo iba a
quemar. Lo tomé como un hecho quijotesco y heroico, para destacar. Hiciste una
cosa que, qué sé yo, a mí me cayó bien...
C: Te diste cuenta que
era torpe.
G: No, que eras bueno.
-Tango3 nunca se
concretó, finalmente. Pero sí una canción “No te mueras en mi casa” que... ¿salió de
ahí?
C: Sí, y también estaba
una idea que yo ya tenía, que era “Sueles dejarme solo”. De la otra hicimos la
letra, porque no existía la música prácticamente...
G: No, jamás existió.
C: Para mí también fue
impresionante ver funcionar esa química, que había conocido de antes. Pedro y
él, muy fuerte. Pedro me invitó, ya había hablado con Charly, y yo de alguna
manera estaba buscando mi lugar, no me daba cuenta que había un lugar igual.
Era tan fuerte la presencia de ellos. Rock nacional...
G: Y de todos los
países.
C: Aunque queda
totalmente chico. Pero es muy efectivo.
G: ¿Rock? Ok, salimos
en la Rolling Stone, no en la Premiere.
-Tal vez ahora puedan
hacer Tango 2000.
G: ¿2000 tangos?
C: Yo diría hacer Tango
01, y que nos den el avión. Ya con las influencias que tiene Charly con
Carlos...
G: Él es un fan mío y
quiere ser mi manager.
C: Esa es una de las
cosas más geniales que le escuché decir a Charly. Vive diciendo frases
absolutamente increíbles, pero la de “quiero a Charly como a mi manager” me
mató... O sea, no sólo tenemos el Tango 01.
G: Tenemos, tenemos, de
Anillaco hasta ¿cómo se llama ese grupo, Tucapa chupa?
-Pensemos la
posibilidad de que hagan algo juntos, de retomar...
G: Tomemos...
C: Eso, tomemos en vez
de retomar.
G: Escúchame, nosotros
dos y ¿a quién más ponemos?
C: Y... Vos habías
hablado de Ringo Starr, no sé si seguís manteniendo esa idea.
G: Claro, ¡aguante
Ringo Starr! Hay que buscarlo en el Playboy club, entre dos siliconas. ¿Y de
bajista? Podríamos poner uno y después echarlo.
C: Pedro tiene que
venir también. Bueno, ahí estamos retomando. Yo toco el bajo también, me
encanta.
G: Yo también, entonces
están ¡Los Bajeros!
C: ¿Y los Bajaraj?
G: ¿ Y La máquina de
hacer bajaraj ?
C: Cómo vino de vuelta
Burt Bacharach...
G: Se pasó treinta años
jugando al tenis, y cuando ya no podía más dijo ‘¿A quién agarro? ¡A Elvis
Costello
-Tocó a Punta del Este,
hace poco.
C: Es verdad...
G: ¿Tocó qué?
-¿Es tan bueno como
para estar de moda ahora, otra vez?
C: Es muy bueno.
G: Es para gente como
nosotros.
Acto seguido, García se
levanta del sillón y, mientras Cerati dice “no me emociona, pero puede
funcionar desde el easy listening”, comienza a tocar el piano. Una de
Bacharach. Y dispara: “¿Cuándo viste un conjunto de rock argentino que haga una
canción así?”. Fin de la fase Bacharach.
-¿Qué canción Íes
hubiese gustado componer del otro?
C: Empezando “Pasajera
en trance”, por ejemplo. (Lo mira.) No te di alternativa la otra vez ¿no? Era
una mediana imposición, es que es un tema que te ha dado muchas satisfacciones,
coincidirás...
G: Me ha dado muchas
satisfacciones, y tiene el estilo Cerati Stereo. Tiene un sampler y qué sé yo,
esas cosas.
C: Hay, muchas, pero
ésta será porque la tacamos en vivo y para mí fue como una celebración. Salió buenísimo
y todos los notamos. Charly fue el manager de sound y de arreglos, la forma en
que marcaba las situaciones fue buenísima. Todos los músicos que estaban
conmigo me lo comentaron. Quedaron muy impresionados. De ser un caos, no se sabían
muy bien las partes, pero cuando lo hicimos fue ¡guau! Fue muy bueno, ese momento,
y también el que protagonizamos con Fito, sobre todo en...
G: En esta puta
ciudad...
C: Yo escribí “En la
ciudad de la furia”.
G: Bueno, ese tema me
gusta de él. Y me gusta mucho, conceptualmente, el álbum de Soda que hizo
Alomar...
C: Doble vida.
G: Ese.
-Que no es de los más
valorados de Soda ¿no?
C: Hasta yo no lo tengo
valorado, pero ahora a partir de lo que dijo Charly voy a mirarlo de otra
manera.
G: Me pareció
impresionante, y me pareció también muy él (lo señala).
Ahí mismo, cambia
abruptamente el ángulo del diálogo. García inquiere al cronista sobre los
discos de ambos en esta década, empieza el recuento más o menos ordenado cronológicamente
-no sin ciertas vacilaciones, nobleza obliga- y la razón de su “examen” parece
ser que conduce a Clics modernos. Dice que ése “es” de los noventa: “ahí está
lo que venía después. Después no sé qué pasó”. Otro salto.
G: ¿Hay algo más
nacional que Soda Stereo? Grupo de rock nacional...
C: Claro que sí.
G: Y en este momento de
gloria, quiero emitir un recuerdo para todos los que no están acá con Gustavo y
conmigo, que también se merecen estar con nosotros -o nosotros no nos merecemos
estar con ellos. Como por ejemplo, Fito, Luis Alberto...
C: Daniel Melero.
G: Melero, Los
redonditos de... Eso. Litto Nebbia y tantos otros sin los cuales hubiese sido
imposible estar acá. Y los demás, que son Carca y toda esa mierda.
C: Pero Carca es muy
rock nacional también...
G: Carca es Edelmiro
Molinari en ácido, ¡es lo peor!
Salta al piano y la
emprende con una mínima versión de una canción de Color Humano. Lanza toda
clase de epítetos contra el retro-rockero porque, según dice él, habló de “mariconadas
como Sui Generis”. “Justo leí eso cuando me estaba comiendo una empanada
buenísima”, precisa. Promete hacer tronar el escarmiento contra ese comentario
desafortunado. Cerati lo mira. Cuando concluye la diatriba, sugiere cómplice
“¿por qué no nos vamos los tres, a hacerlo solos?”. La escena siguiente se
desarrolla en la “habitación” del dueño de casa, un Vietnam privado. “La
sensación es la de un avión que se cae y la gente se empieza a tirar”, dice
García sobre el fin de la década. “Gente que se olvida de lo que le conviene,
gente que ama desesperadamente lo que ama y mucha pasión”, sigue. Cerati
coincide. El siguiente y final juego es, a pedido de García, imaginar cada uno
un epitafio del otro.
G: Guitarrista,
compositor, luchador, buena persona.
C: Un montón de cosas
con la sensibilidad, muy fuerte para todos. No sé cómo escribirlo en él.
epitafio. Abajo de la palabra “estrella"... Todo el mundo es una estrella,
¿verdad?, pero... No todas brillan igual. Esa es la cuestión.
G: ¿Nada más? (risas).
Sensibilidad, de ahí viene, loco. Hay gente que siente y otra que no siente. Yo
siento.
ESTEBAN PINTOS
FOTOS: NORA LEZANO
Para el suplemento NO.
23 de Diciembre de 1999
Charly García y Gustavo Cerati, los artistas de la década
según la encuesta anual del No, hablan de sus vidas y obras en estos diez años.
De yapa, el detalle completo de los 99 votos que consagraron también el mejor
show y los mejores discos de 1999.
Diez Años No Es Nada
•En 1990, Charly García
grabó su versión del Himno nacional, que algunos calificaron de insolente.
“¿Qué tiene de malo sentirse argentino de vez en cuando?”, dice él.
Al poco tiempo rompió a
sillazos un cuadro de la pintora María Isabel Varela, durante un show de Los
Violadores. Dos meses después, un fan subió al escenario y lo amenazó con un
arma de juguete. “Soy el Lennon del subdesarrollo”, se envalentonó él. Ah,
además ese año apareció Filosofía barata y zapatos de goma.
•En 1991 apareció Tango
4, a dúo con Pedro Aznar, el proyecto que siguió al fallido trío que completaba
Pedro Aznar. Para la ocasión declaró: “He sido Jesús y también Judas”. Por
“fatiga e insomnio”, se internó en la clínica Guadalupe.
Y en entrevista con el No, aseguró: “Es
mucho más rocker Jorge Luz que Michael Bolton”.
•1992 fue el año de la
reunión de Serú Giran, con la publicación de Serú 92. En diciembre, comenzaron los
shows del regreso (eso fue en Córdoba) que terminaron con dos canchas de River
a full.
•En 1993, el año en que
se editó Serú en vivo 93, fue al programa de Susana Giménez. Y se produjo el
siguiente, memorable diálogo: -¿Cómo te trataron en la clínica? (Ella) -Bien...
Lo que pasa es que había mucha psicología. (El) -Ah, claro, hacían terapia de
grupo (Ella) -Sí, lobotomía, electroshock... (El).
•Sobre la vuelta de Serú
Giran (ver al lado), le preguntaron si le molesta que crean que todo fue una
cuestión económica. “No”, contestó. “Lo que me molesta es que todavía no me
hayan pagado”.
•1994, otra vez en
“Hola Susana”: -¿Comes bien? Estás más gordo... (Ella) -Vos también. (El).
•Ese mismo año apareció
La hija de la lágrima y mientras está internado en la clínica psiquiátrica Aghalma,
Diego Maradona pide que lo dejen tranquilo. Ambos; habían festejado el cumpleaños de Charly
en los estudios de canal 13, iniciándose para García un raid que terminó en su internación.
Ese año, y un tiempo después del suicidio de Kurt Kobain, apareció en público
teñido de rubio para un caótico recital gratuito en el hall central del Teatro San
Martín.
•En 1995 aparecieron
Cassandra Lounge y MTV Unplugged. En una entrevista, declaró: “Maradona es el
número 10 y yo soy el número 9”. Pavada de dupla.
•En el verano del ‘96,
en un show en Villa Gesell, vociferó en medio de la campaña Sol Sin Droga:
“Todo el que te dice ‘no’es un enemigo. Sol sin droga... Droga sin sol”. Acto
seguido, el juez Hernán Bernasconi (...) le inició una causa por apología, y le
impuso un control psiquiátrico mensual. Más adelante, apareció Say No More, el
disco que materializaba la aparición de su alter ego y resumía la dicotomía
vanguardia-patetismo.
•En 1997, cerró junto a
Mercedes Sosa -con quién editó Alta Fidelidad- el Festival de Cosquín. En un
período de reviente y plantones al público, criticado por todos lados, Hebe de
Bonafini publica una carta abierta. “En esta sociedad de hipócritas tu rebeldía
les molesta a los ‘democráticos’ y moralistas. Querido Charly, si me lo permitís, quiero que sepas, soy tu amiga. Te
abrazo muy fuerte en este país incendiado”. Dos días después, Charly y Hebe se
encontraron.
Fue tapa de Página/12.
•En 1998, irrumpió
fugazmente en un homenaje que el under porteño le rinde en el Rojas (un año
después apareció el tributo en cd, Cerca de la revolución). También apareció El
aguante, profundizando el camino Say No More: en un recital, destrozó un piano a
hachazos.
•El ‘99 se inició con
la idea de “recrear” los vuelos de la muerte para su show del ciclo gratuito
Buenos Aires Vivo. Gran revuelo... Finalmente no lo hizo, aunque invitó a Hebe
de Bonafini (una de las enojadas) al escenario y se abrazaron ante 250.000. De
esa noche surgió el álbum en vivo Demasiado ego. Comienzo de la reyerta verbal
y pública con su ex amigo Andrés Calamaro. Así, apareció en la tele, en el
recordado Televisión abierta dándole duro. Calamaro, mientras tanto, caminaba
por Bueno« Aires con un bate de béisbol: dicen que fue a la puerta del departamento
de Santa Fe y Cnel. Díaz a buscarlo). Si es seguro que rompió las bateas con
los discos de Say No More. García dijo: “Calamaro está buscando la piña que no
le pienso dar”. Y también: “El rock es una ninfómana que se acuesta con todos.
Por eso, la mayoría de los grupos tiene sus diez minutos de éxito”. ¡Se reunió
con Menem! -a quien diez años antes llamaba “Nemen”- y se hizo pública la existencia
de un cd titulado Charly & Charly en vivo en Olivos, todavía sin editar
masivamente.
•En 1990, Soda Stereo
edita Canción animal. En octubre ese año, la banda Soda Stereo encara la (hasta
ese momento) gira más grande de una banda argentina por el Interior del país:
14 mil kilómetros recorridos y 30 ciudades, para presentar el disco.
•“Mientras muchos
artistas no se mueven de un punto y se hacen legendarios Insistiendo dentro de un
mismo estilo, nosotros buscamos cambiar disco a disco” (1990).
•El 22 de diciembre de
1990 Soda Stereo llegó con la Gira animal a Buenos Aires. Sucedió en el estadio
de Vélez y ante 40.000 personas (la mayor cifra para un grupo argentino en un
estadio), con Fablana Cantilo y Los 7 Delfines como teloneros. Hasta ese momento
el record lo tenía... Charly García, con 25 mil personas en Ferro, en 1982,
presentando Yendo de la cama al living.
•“Cuando me toman a
veces como Mesías juro que me asusto. Mi pelea es correrme de ese lugar, que no
es cierto. ¿Cómo? No creyéndome nada, sabiendo que tengo los picos y bajones de
cualquiera” (1990).
•García volvió a juntar
30.000 personas en Ferro a fines del ‘91, y sumó once shows en el Gran Rex
presentando Filosofía Barata y Zapatos de Goma. Soda Stereo, en ese año, quebró
esa marca con 14 funciones consecutivas en el mismo teatro, pero sin oficializar
nuevo disco. Tiempo después, apareció Rex Mix, un Ep con registros y remixes de
aquellos recitales. El 14 de diciembre de 1991, cierran el año tocando gratis
ante 250 mil personas en la avenida 9 de Julio.
•“No estoy a favor del
revival sino de la recreación. Lo nuevo se hace de mezclar cosas viejas. No
entendería cómo alguien puede romper con lo anterior desconociéndolo partiendo
de la nada” (1991).
•En 1992 aparecen
Dynamo -el disco sonico stereo- y Zona de promesas, una rareza para el rock
argentino: remezclas de canciones realizadas por diferentes productores y dj’s.
Ese mismo año Cerati se unió con Daniel Melero para grabar Colores santos. En
diciembre, Soda Stereo y Serú Giran coinciden el mismo fin de semana en el barrio
de Núñez (Obras y River, respectivamente). El 18 de diciembre Soda Stereo comenzó
su serie y al otro día Serú Giran se presentó en River con su disco Serú 92,
ante 60.000 personas.
•“Considerando el
panorama argentino, estamos más cerca de los grupos que están surgiendo, como
Los Brujos, Martes Menta o Babasónicos, que de aquellos que se escuchan hace un
tiempo” (1992).
•En 1993, editó su
primer-primer disco solista, Amor amarillo. Soda todavía transcurría por su
período sabático que, de alguna manera, anticipaba un inminente final.
•En 1994, apareció
Sueño Stereo, el primer disco de una nueva y millonaria relación contractual
con la multinacional BMG. El disco fue presentado, un año después, durante
nueve funciones consecutivas en el teatro Gran Rex. Y el 19 de noviembre, Soda
tocó en el
11 3° aniversario de la ciudad de La Plata,
para unas 200.000 personas. Marcelo y Julio Moura suben al escenario para
concretar un “homenaje” a Virus (se recuerda: Federico Moura había producido el
debut de Soda Stereo en 1983).
•El 12 de marzo de 1996
Soda Stereo grabó su unplugged para MTV, luego convertida en el disco Confort y
música para volar. El 30 de octubre de 1996, como invitados de “Cuál es” (FM
Rock and Pop), el trío concretó un show para 100 personas, protagonizando el
primer recital de una banda latina retransmitido a todo el mundo por Internet.
•El 20 de setiembre de
1997, se realiza el bautizado Último concierto, ante 70.00 personas en la
cancha de River. Antes del show, en las entrañas del Monumental, el por
entonces jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires Fernando de la Rúa los
declara “ciudadanos ilustres”. Un tiempo después, apareció El Último Concierto
1 y 2, dos cd’s documentando la despedida en River Plate.
•Durante 1998 y ya liberado
completamente de la carga que para él resultó la banda en esos últimos años,
Cerati editó dos discos con Plan V (Plan V y Plan V Black Dog). Más tarde
apareció otro disco de otro proyecto paralelo, a dúo con Flavio Etcheto,
titulado OCIO.
•En 1999, apareció
Bocanada.Primer disco solista
sin la existencia de Soda Stereo. El 21 de
octubre, el disco fue presentado en Buenos Aires -en el Gran Rex, otra vez-,
Charly García participó del cuarto y último, tocando “Pasajera en trance”.
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