La desesperanza más amarga asociada con una contagiosa celebración de
la vida; la mirada triste que todo lo examina con fuerte intención crítica,
junto al espíritu festivo y una conmovedora urgencia por vivir. Urgencia, ésa
es la palabra que traduce sin secretos la obra poética de Fito Páez, el creador
argentino que con sus canciones -muchas de ellas escritas con sangre, casi- ha
sabido resumir la violencia de las grandes ciudades, el desamparo que sofoca
al individuo, su constante alienación, su sed de amar y de vivir.
Las grandes miserias y las pequeñas grandezas del hombre de todos los
días; Fito las desnuda con crudeza y se desnuda a sí mismo, a corazón abierto,
un tanto para refirmar su condición narcisista, propia de todo artista, pero
mucho más por cumplir con ese placer infinito que encuentra en vivir al límite,
sin red.
Son los días de Ciudad de pobres corazones;
días de abatimiento, de pesadumbre, de heridas
aún en carne viva, aunque en el fondo de ese desánimo se agazape siempre una
pequeña luz...
La desazón aparece en la poesía exasperada de Ciudad de pobres corazones, en el dramatismo sin excesos de A las piedras de Belén o Bailando hasta que se vaya la noche, en el espiritu nocturnal de Fuga
en Tabu. Es ese album de 1987 el re-
El ángel perverso
“El arte como institución no me interesa,
ni la manera en que lo trata la intelectualidad. Me interesa el arte que
moviliza, porque en general la armonía termina reducida en una caja. Me seduce
la provocación, aquello que estimula distintas lecturas. Me fascina lo que
perturba, las revelaciones que me produce gente como Miles Davis o John
Coltrane”. Gente de pura tripa, que camina por los bordes como el propio Fito
Páez. Riesgo, sangre, excitación. Sin límites. Spinetta, Foucault, Bukowski,
Prince, Dali Keith Jarret. La Coca Sarli también, el primer estímulo en la infancia
rosarina poblada de mujeres con quienes compartía el hogar. “Un banco de afectos”,
dice.
Desde entonces quiso seducir, un modo
como otros de reencontrarse con ese afecto de la primera niñez. “Hay algo a la
vez malvado e ingenuo en ese arte de seducir a los otros”, confesó mucho
después, poco antes de que su álbum El amor después del amor lo pusiera en boca
de todos. Meses después de ese lanzamiento discográfico, ha vendido algo más
de 400.000 copias de esa placa y la ha presentado en prácticamente todo el
país, pero sin menoscabar a las provincias: el espectáculo (el que en los
próximos días aplaudirán en Santa Rosa, Neuquén o Río Negro) es el mismo que
reunió a más de noventa mil personas en el estadio de Vélez.
Hoy escribe poesía, prepara algunos temas
para un álbum que sólo pondrá en marcha hacia fines de año y junta fuerzas para
afrontar el futuro que es, además de luminoso, agotador. Después de hacer algunas
presentaciones en México y en Los Angeles (muy probablemente en un auditorio
de la UCLA ),
Fito volverá a Buenos Aires para grabar el clip de Sasha, Sissí y el circulo de
baba.
No será una grabación más. Después de haber
deslumbrado a todos hace algunos años con su extenso videoclip de Ciudad de
pobres corazones, con la dirección osada de Fernando Spiner (hoy responsable
del ciclo televisivo Zona de riesgo), Fito se pondrá ahora en manos nada menos
que de Adolfo Aristarain, el realizador de la premiadísima Un lugar en el mundo.
Como para asegurar todavía más el éxito de ese registro, el pianista rosarino
contará con la colaboración de dos actores de primera línea: el español Eusebio
Poncela (conocido por su trabajo con Pedro Al modóvar en La ley del deseo y
por su incursión televisiva con Los gozos y las sombras) y la mismísima
Cecilia Roth, la mujer a la que Fito dedicó unos cuantos temas de El amor
después del amor.
La
magia del cine
No es el único proyecto relacionado con
las imágenes que lo ocupará este año. Para mediados de agosto está previsto el
comienzo de rodaje del que será el primer mediometraje dirigido por Páez,
titulado como uno de sus últimos temas La balada de Donna Helena (“Manejando
por la ruta alguna noche sin mirar atrás/ prendo un faso y en la radio siempre
el mismo idiota de la música”, comienza diciendo).
El año pasado se filmaron algunas imágenes
de ese trabajo, pero no prosperó sólo por falta de sustento económico. Fito
quiere empezar de cero, por lo que no se sabe todavía si se va a sumar esta
vez a la aventura, como sí lo hizo en 1992, la realizadora María Luisa
Bemberg. Quienes seguro serán de la partida son Susú Pecoraro, Alejandro
Urdapilleta, Fernando Noy y, cómo no, Cecilia,
Fito es un cinèfilo de aquéllos. De su
pasión por las imágenes queda esta breve declaración de gustos: “Me gusta
mucho el cine. Me fascinaron dos películas como La familia de Ettore Scola o
Días de radio de Woody Allen. Son dos directores loquísimos, tan profundos,
sencillos y geniales. Son artistas que trabajan mucho con la melancolía, hacen
un cine de la madurez que me gusta mucho. ¿Yo? Estoy en otra edad. Quizás algún
día me vuelva más reflexivo. Por ahora prefiero la excitación, mostrar mi espíritu rebelde, mi inconformismo”.
El cine no le es ajeno, pero hasta ahora
no sólo ha estado ligado a él como espectador. Fernando Solanas lo convocó
para hacer un breve personaje en su película El viaje. Pero ahora ha llegado
el momento de que se ponga detrás de la cámara.
Queda en carpeta para el año próximo,
además, un viejo proyecto de Fito que es Novela, un film cuyo guión el rosarino
escribió hace algún tiempo y que podría llegar a la pantalla. Páez no lo
dirigirá pero sí tendrá a su cargo la banda sonora.
El
otro viaje
De una inquietud musical que por momentos
abruma, Fito se asomó unas cuantas veces a la producción musical. Impulsó,
por ejemplo, la carrera artística en Buenos Aires de la rosarina Liliana Herrero,
siempre en el terreno del folklore de proyección, cuyo próximo disco producirá
a partir de la segunda quincena de agosto. La asociación no puede sorprender:
Fito es amante del folklore de nuestro país y también del tango, dos géneros
que de vez en cuando incorpora a su repertorio aunque dándoles un sonido muy
actual. Otra muestra de su espíritu libre, que rechaza las fronteras.
Después de ese ingreso en estudios de
grabación, lo espera otro tramo de una gira internacional que lo llevará -de
concretarse algunas negociaciones- a unos cuantos rincones de América latina
y probablemente de España. Estará en México, Venezuela, Colombia, Uruguay, Cuba
y Brasil, adonde a esta hora Herbert Vianna, el líder de Os Paralamas do
Sucesso, tiene en sus manos Loca tuca de Dios, la canción inédita de Fito que
se reproduce en estas páginas y que el rosarino le envió a su colega. La
versión carioca del tema será parte del próximo álbum de Os Paralamas. Si
viaja a Cuba, es muy posible que Fito se encuentre allí con Diego Maradona, en
un partido de fútbol que será parte de una serie de espectáculos. La sociedad
es por ahora sólo deportiva.
Fuera
de Boca.
Profesional consumado hace algun tiempo
renego de esa condicion. “Lo mejor es cuando algo se sale de las norma —dijo—,
cuando la gente te cambia la letra. Soy muy inquieto y todo el tiempo estoy
esperando que pase algo impensado. Por eso odio la palabra profesional. No hay
nada más detestable que ser un profesional de la música. Yo no quiero saber
qué es lo que hago. Lo digo en serio, no es una pose. Porque saber implica una
moral de lo que está bien y lo que está mal. Prefiero no saber”.
En esa misma conversación con Antonio
Birabent, periodista que acaba de hacer su debut en el cine como uno de los
compañeros de Tanguito en Tango feroz (y responsable de una buena versión de
El oso), Fito rechazaba cualquier enjuiciamiento: “Los juicios estéticos son
absolutamente fascistas”, arriesgaba. ¿Un exceso?
Sólo
ángeles
Alguna vez llegó con la trova rosarina
que capitaneaba Juan Carlos Baglietto. Era un adolescente, pianista ya reconocible
y autor de algunas canciones que pasaron a ser clásicos, entre ellas El loco
de la calesita. Hoy es quizá el artista más potente del rock argentino y sus
territorios aledaños, y seguro está entre los más inspirados. Entre un extremo
y el otro de esa carrera artística fueron muchos los intentos por retratarlo, pero
Fito (acaso como los indios que rechazan cualquier toma fotográfica por temor
a que les arrebaten el alma) ha seguido moviéndose, fuera de foco, ajeno a los
encasillamientos.
El mismo, sin embargo, entregó un pequeño
retrato personal, un esbozo en el que puede confiarse: “No soy una personalidad
fácil de atrapar: paso del humor a la tragedia, soy una especie de ángel perverso.
La vida misma no tiene ley. No hay forma de establecerse en una zona. Por encima
de todo me interesa conservar el humor: desmitifica".
Lunes 19 Julio De 1993
Víctor Hugo Ghitta
GRACIAS POR EL APORTE
ResponderBorrarHola, muy agradecido, este disco me tiene loco, cual sería la contraseña para descargar?
ResponderBorrarHola, que tal, buenos días, como esta usted, desde ya le agradecemos mucho que visite nuestro blog.
BorrarNos agrada que haya gente que lo descubra y le guste.
Si le parece bien, en "amigos que nos siguen".... nos gustaría que se registre como seguidor, si es de su voluntad......
Muchas gracias y gracias por saludarnos
El pass es magodelosdiscos