lunes, 4 de enero de 2021

4850 - Claudia Lomeña - 2012 - Palabras del Alma

 

4849 - Alberti, Eleonora Noga - 1993 - Cantares De Sefarad I

 
https://mega.nz/file/BI5RlQIK#2nZWpj2RGeFm1AwnnVc2sQbtlusUo0gdPJxlgoCHlQA

4848 - La Colifata - 2003 - Siempre Fui Loco

 

4847- The Elton John Band - 1975 - Con John Lennon

Dee Murray - bajo, voz 
Nigel Olsson - batería, voz 
Davey Johnstone - guitarra, director musical, voz 
Ray Cooper - percusión 


1975



4846 - Anthony Phillips & Guillermo Cazenave - 1997 - The Meadows Of Englewood


4845 - Jose Angel Trelles & Juan Carlos Cirigliano - 2004 - Solo Para Dos

 

https://mega.nz/file/IJQn2ITK#Q9mURf4qVEUgGnxQt_37BzVQ9K47BQ1DKWXOkvtzuVc

4844 - Horacion Pagani - 2010 - Chamuyando Tangos

 



4843 - Interpretes Varios - 2007 - The Songs The Beatles Gave Away

 

https://mega.nz/file/hAIn2QJI#sRGN8d5qpXdVg4w4gDtse7h3sbiZh9iF16WhFEicHQc

4842 - Interpretes Varios - 2003 - Glass Onion Songs Of The Beatles

 

https://mega.nz/file/0UBjDIiA#LDlQjB2Vm9vv76qzFswcA6gPFlEqSZjO85yNPmuoItQ

4841 - Leo Maslíah - 1985 - Lo Mejor De Leo Masliah


El Concierto

Era un concierto de música culta
y renacían las fuerzas ocultas
de los antiguos maestros geniales,
de los eternos, de los inmortales.

Era un concierto, era el goce más fino,
era un contacto con algo divino.
Era solemne, era casi sagrado,
era un placer de lo más elevado.

Flautas, violines, trompetas, platillos,
sonaban entre corbatas, anillos,
entre bolsillos rellenos de plata,
entre las llaves de algún colachata.

Entre collares, pelucas, colgantes,
entre tapados de piel, entre guantes;
entre abogados y algún escribano
y dos o tres profesoras de piano.

La gente oía con mucho entusiasmo:
estaban todos al borde del pasmo.
Es que la música seria, la fina,
le pone a uno la piel de gallina.

Era profundo, era algo sublime.
Decime vos, si no es cierto, decime,
si el director a pesar de ser joven
no era la imagen del propio Beethoven.

Era el edén para los que asistían:
sonaba justo como ellos querían,
sonaba tan culto, tan elevado,
que tuvo un triste fatal resultado.

Porque de a poco la gente ascendía
bajo el efecto del arte, subía.
Iban en busca quizás de la altura
correspondiente a esa música pura.

Y las butacas quedaron vacías:
toda la gente subía y subía,
siempre más alto en el aire tomado
por aquel arte supremo elevado.

 Mientras la orquesta seguía tocando,
toda la gente se iba estrellando
casi a la vez la cabeza en el techo,
quedaban todos los cráneos deshechos.

Y por la fuerza de los cabezazos
se fue cayendo el teatro a pedazos.
Toda la orquesta quedó sepultada,
quedó enterrada, quedó mutilada.

Y los oyentes seguían sin pausa
subiendo, pero ya por otra causa:
ya no era el arte que los elevaba,
era la Muerte que se los llevaba.