miércoles, 3 de abril de 2019

5124 - Original Soundtrack - 1992 - Bernard Herrmann Film Scores From Citizen Kane to Taxi Driver (Elmer Bernstein)



Elmer Bernstein, Royal Philarmonic Orchestra / Bernard Herrmann Film Scores “From Citizen Kaine to Taxi Driver”. MILAN MUSIC. Citizen Kaine (Prelude, The Inquirer, Finale, End Cast)/ The devil and Daniel Webster (The devil's concerto)/ The man who knew too much (Cantata)/ Psycho (Prelude, The murder, Finale)/ The wrong man (Prelude)/ Vértigo (Scene d'Amour)/ Noth by Nothwest (Prelude)/ The bride wore black (Prelude, Femme fatale, The accident, Love and death, Funeral, Finale)/ Fahrenheit 451 (Finale: The book people)/ Taxi driver (Prelude, Blues, Night prowl, Bloodbath, Finale)/ Bernard Herrmann on film music (Interview). 
Personal: Royal Philharmonic Orchestra; The Ambrosia Singers & Claire Henry -mezzo soprano- en Cantata; David Roach -saxo alto- en Taxi Driver.

Llevado de la mano por el incipiente director cinematográ­fico Orson Welles, Bernard Herrmann llegó a Hollywood -y por extensión a la música para películas- en 1939. Juntos ha­bían colaborado en las produc­ciones radiofónicas que el Mercury Theatre ponía al aire por ese entonces y, muy espe­cialmente, en “La Guerra de los Mundos”(versión radial de la novela de H.G. Wells) recordado programa que en su primera emi­sión desató el pánico y la deses­peración entre la audiencia y cul­minó con un gran escándalo na­cional que le proporcionó a Orson el espaldarazo publicitario que le abriría paso hacia el cine.
Conrad, Welles se puso a traba­jar en el proyecto de lo que sería su primera película,”Citizen Kaine”(“El ciudadano”) consi­derada por muchos como el me­jor film de la historia del cine. Una consideración subjetiva, cla­ro está, aunque avalada por cien­tos -o miles- de encuestas reali­zadas desde su estreno.

El CD en cuestión contiene una selección de temas ordena­dos cronológicamente. Como no podía ser de otro modo, la reco­rrida comienza, precisamente, en “Citizen Kaine”. Para la mayoría de las escenas de este film (ex­cepto en la ópera y el “finale”) Herrmann recurrió a una agrupa­ción de vientos reducida e instru­mentos como el vibráfono (bas­tante exótico para la época en ese contexto) desafiando a los almi­barados arreglos para grandes or­questas que eran el paradigma musical del Hollywood de en­tonces.

Pero no fue sólo esa su osa­día. Influenciado por su propio trabajo en la radio, y en lo que a mi entender es una manera muy creativa de afrontar un terreno desconocido, el viejo Bernard apeló a su experiencia en este campo, resolviendo la continui­dad de ciertas planos mediante recursos típicos de la radiofonía. Un claro ejemplo son las escenas del desayuno de Kaine con su primera esposa, y la evolución en la tirada del periódico Inquirer, en las que el paso del tiempo está resuelto con una maestría extraor­dinaria, reforzando el dinamis­mo implícito en el montaje (he­cho por el otro maestro). Lamen­tablemente, estos pasajes no es­tán incluidos en el disco, pero si lo está el “finale”, la música que acompaña aese monumental pla­no de grúa que culmina con el célebre trineo “Rosebud" arroja­do al fuego.

Entender el protagonismo musical en cine como una per­fecta integración a las imágenes ha sido uno de los rasgos genia­les de este compositor. Como el propio Herrmann lo cuenta, “Psi­cosis” de Hitchcok “era una pelí­cula en blanco y negro, hecha con una gran economía de recur­sos”. Su interpretación de este ascetismo consistió en una ban­da de sonido interpretada sola­mente por un conjunto de cuer­das. Lo reducido del ensamble logra un clima cerrado, sofocante, distinto al que hubiera consegui- con el dinero de la oficina (“prelude”) son, además de un clásico, la consumación musical de la neurosis.
Además de Welles y Hitchcock (se suman la wagneriana escena de amor de “Vértigo” y el impresionante tema de apertura de “Intriga In­ternacional”) los otros cineastas que están presentes en el disco son Truffaut y Scorsese. El fran­cés mediante el score que Herrmann compuso para ese policial maravilloso llamado “La novia vestía de negro” (interpre­tado en pantalla por Jeanne Moureau) y el norteamericano con la música de su film “Taxi Driver”. Ambas obras están pre­sentadas en forma de suite, con sus diferentes motivos hilvana­dos como una sola composición.

Cuando Scorsese preparaba la nueva versión de “Cape Fear” (“Cabo de miedo”) en 1992, le confió al compositor y director Elmer Bernstein la adaptación de la música que Bernard Herrmann había hecho para el film original. Ese fue el comien­zo de una larga revisión de su obra y del proyecto de llevar al disco esta especie de homenaje a “uno de los más auténticos ge­nios de la música en el cine” según palabras de propio Bernstein.

La interpretación orquestal es impecable, aunque su direc­ción le imprime, por momentos, una carga dramática un poco exa­gerada y rimbombante, llevando los temas a un efectismo que no lente, sin dudas) contrasta seria­mente con las músicas origina­les, la mayoría de ellas grabadas en condiciones precarias, antes de los '60 (“Citizen Kaine” es del '40). Desde ese punto de vis­ta, estas grabaciones son muy superiores en fidelidad, presen­cia e imagen sonora, lo cual, pro­bablemente, las haga más ade­cuadas para audiófilos que para melómanos. Una selección de los temas que Herrmann dirigió y grabó para algunos films de Hitchcock, fue editada hace unos años por Melopea y sirve para que los curiosos y/o cinéfilos comparen por si mismos y sa­quen conclusiones.

El disco cierra con un frag­mento de entrevista en la que puede escucharse al propio Bernard decir cosas comoesta”... una película esta hecha por seg­mentos que luego son puestos juntos mediante el montaje... la función de la música es pegar estas piezas dentro de un sólo diseño, para que los espectado­res puedan sentir que la secuen­cia es fluida. Esta es una de las paradojas de la música para cine: una música correctamente usada puede ser muy pobre en su cali­dad y ser efectiva y otra, de mag­nífica calidad, no funcionar en absoluto”.

Más allá del valor que la música para films pueda tener fuera del cine, este CD es un buen testimonio de una época en la que los sonidos formaban par­te de una manera de sentir, pen­sar v concebir el arte cinematografico. Algo que ultimamente esta quedando fuera de foco.
Carlos Pages
Revista La Contumancia
Nro 7. Noviembre de 1996

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¿Le ha gustado este álbum? - Díganos su mail, comparta con nosotros un álbum (que no tenemos) con las caratulas y con gusto le enviaremos la contraseña. Aviso: Todos los álbumes estan subidos en mp3 128. si lo que busca es otra cosa, en este blog no lo va a encontrar. Muchas Gracias.
NO RESPONDEMOS COMENTARIOS DE IDENTIDAD DESCONOCIDA