La imaginación sin limites
Este fin de semana presentara en
Buenos Aires su nuevo disco, Zanguango. Aquí, el personalismo creador uruguayo
habla muy en serio de su música
¿En qué se diferencia Zanguango
de tus discos anteriores?
Es un trabajo más de banda, de
grupo. No es algo tan pensado de antemano, con arreglos y temas que primero se
graban y "después se van tocando, sino al revés: es el resultado de haber
hecho un montón de temas con gente que toca de determinada manera. -
La banda, que se llama Maslíah y
sus Energúmenos y está integrada por los uruguayos Gustavo Echenique en
batería, Popo Romano en bajo, Nicolás Mora en guitarra y Norma Ganfetti en
coro, se prepara para presentar Zanguango en Buenos Aires, en un único recital,
el sábado a las 22 en La Trastienda.
“Los arreglos del disco -agrega
Maslíah- fueron surgiendo con la ejecución misma, a pesar de que hubiera cosas
fijas de antemano. Eso es algo poco frecuente en los discos anteriores, que
probablemente descansan más en la composición que en la interpretación.”
¿Y en qué descansa la composición de tus canciones? ¿Cómo llegaran a adquirir ese aspecto tan extraño?
Yo empecé a componer canciones
con un patrón formal bastante rígido. En general era un esquema sacado de las
canciones de (el compositor y poeta francés) George Brassens, un modelo fuerte
para mí. Mi maestro Coriún Aharonián me impulsó a darle a las canciones el
mismo tratamiento que yo le daba a la música instrumental. Cuando trabajaba
con acordes sencillos y una clara estructura de estrofas creo que pretendía
hacer canciones que la gente pudiese sacar y tocar. Después empecé a
permitirme usar como música de canción cualquier cosa que se me ocurriera. Con
los años fui usando las formas más diversas, desde folclóricas hasta más
rockeras o menos reconocibles.
¿Cómo definidas tu música instrumental?
Tiendo hacia una cosa más unificada en cuanto al concepto mismo
de la composición, en cuanto a olvidar cada vez más las distinciones entre los
campos. No es que desconozca que existen distintos códigos entre la música
culta y la popular. De lo que estoy cada vez más convencido es que las
divisiones que existen en este momento son muy artificiales. Muy
apriorísticas. Es imposible decir voy a hacer música culta y que salga música
culta. Por otro lado, hay que ver cómo funcionan estas categorías en la
sociedad. Hay cosas que salen como si fueran música popular y no lo son para
nada; no operan así, operan como música de vanguardia, o culta, o como quieras
llamarla. Otras están tipificadas como música culta pero no son así.
¿Por ejemplo?
¿Qué es la ópera Evita? Es una
ópera, pero es mucho más popular que las canciones de Carmen Baliero. La
cuestión es más grave en el caso de la música contemporánea. Mucha gente se
cree que por decreto está haciendo algo más avanzado que, digamos, Charly
García. Es un error garrafal. Sólo el tiempo permite establecer cuál era la
música que finalmente estaba abriendo nuevos caminos. No podemos predeterminar
cuál es la música de vanguardia. Primero hay que hacerla.
Zanguango incluye una nueva y tal
vez más incisiva versión de La recuperación del unicornio. En el texto de esta
pieza, sin duda úna de las mejores de Maslíah, hay un. momento muy
significativo, muy profundo en su simplicidad: Algunos se preguntan por qué
sos azul/ muy pocos se preguntan por qué siendo azul/ sos un unicornio, mi
unicornio azul. Bajo la forma de un reclamo de realidad, hecho a una música que
habla del sentido de la vida, asoma una crítica a esa idea de lo mágico y lo
maravilloso que és tan común en la canción latinoamericana.
¿Tus canciones en general se
encaminan contra ese mundo supuestamente maravilloso del unicornio?
No tanto contra el autor sino
contra la lectura de la gente. Lo que yo tenía en mente era plantear un
cuestionamiento al mundo normal de las personas. En la época del unicornio
tino escuchaba preguntar por qué es azul, siendo que un unicornio es algo que
no existe.
¿Es una especie de falsa
fantasía?
Claro. Cincuenta años después de Vicente Huidobro, del surrealismo
y de tantas otras cosas, sale el libro de Isabel Allende, La casa de los
espíritus, y mucha gente piensa: qué cosa fantástica. Y no tiene nada de
fantástico. Es tan aburridamente terrenal y tiene una capacidad de imaginación
tan limitada. Y tantas otras cosas de supuesta magia. Esos límites a la
imaginación me irritan profundamente
Espectaculos • Clarin
Martes 13 De Mayo De 1997