sábado, 3 de febrero de 2018

0755 - Sumo - Llegando Los Monos

Sumo y La Llegada de Los Monos


TOMA UNO está dedicada para que El Musiquero espíe los vericuetos de una producción de grabación acercando al lector datos, ideas y detalles que ayuden a desenredar los misterios que contiene un dis­co.
Misterios, bah!: cada grupo, cada música requiere una forma diferente de encararla pro­ducción, pero, ¿en qué consiste esa forma, ese como? Despues de haber emborrachado total­mente el cerebelo del lector con litros y hecto­litros (Héctor cuanto???) de MIDIS, secuencers, sincros y otros vinos finos en el reportaje al fla­co, Toma Uno dedica este número a una pro­ducción totalmente diferente en cuanto a graba­ción se refiere: Sumo y su segundo album.
Lo están haciendo en Panda, uno de los mejores estudios de la zona intergeneralpázica, con el experto comando consolar (de consola, no confundir) de Mario Breuer, conocido ya por innumerables trabajos.


Cuando le dije a Petinatto que venía a captar el “concepto" de grabación de este disco, puso cara de Jaroslavsky y empezó a caminar nerviosamente por el estudio (una onda futuro papá) mientras se atusaba la twin-barba. Final­mente Luca nos llevó hasta la sala de la batería para que, cómodamente despatarrados entre los cables de una Simmons comenzáramos a charlar del tema. Toma la palabra el diputado Petinatto: "la idea era hacer la continuación del disco an­terior a nivel de la crudeza, pero bien hecho. En el primer disco no estábamos muy conformes y creo que algo pasaba con ¡os monitores porque cuando lo escuchábamos en otro lado que no fuera allí no sonaba para nada lo mismo”. “Además”, sigue Peti, "en el disco anterior to­do fue grabado por separado. ¡Hasta había te­mas en donde grabábamos los platillos por sepa­rado! Ahora grabamos todos juntos y es una si­tuación totalmente diferente.”
El senatore Luca Prodan toma la palabra: "claro, es que Sumo es un grupo que simplemente suena. Yo cuento’ one, zeig, tres, cuá’ y Sumo suena. Aparte no nos olvidemos (le dice al diputado Peti) que estuvimos en Cór­doba ensayando unos 15 días en las sierras y sumado a esto que venimos trabajando en nuestro estudio”. Sumo cuenta desde hace poco con un peqpeño estudio de 8 canales donde van proban­do las cosas. Sigue Petinatto: “también usamos ¡a batería electrónica Simmons y hay algunas cosas hechas con la guitarra Roland 707 (Sinty). Como "detalle”, que se yo... te podría decir que "hay doblajes de saxo” pero no tiene sentido ni siquiera mencionarlo. Mario nos deda: "Loco, ¡ustedes están en uno de los estudios que mas procesadores tiene ¿y le ponen nada mas que un poco de delay a la voz?!" Sabés que cosa es sí dato?: la elección de Mario como técnico. Al en­carar la grabación nosotros pensamos en él por­que es 'mas Sumo!, es mas para el sonido nuestro. No se si Marianito (López), por ejemplo, sería apropiado para nosotros. Este es un disco SECO, mas pegado en el parlante que todo ese Musak moderno que tienen general­mente los grupos de acá".
Hablamos después con Mario Breuer: "para grabar a Sumo opté por una política no de sonido individual, sino de grupo. Trabajé sin ecuali- zaciones, ,sin compresor, sin compuertas, usé micrófonos" ambientales, tomé por equipo instrumentos como el bajo que en generral se toman por línea, aunque tuvieran ruidos o zum­bidos. En resumen: traté de evitar la acústica de estudio; la cosa era lograr el sonido en vivo. Pa­ra la batería acústica, por ejemplo, usé algunos micros ambientales, como el PZM, además de los habituales (uno en cada elemento).
Es decir que vos ponías un instrumento solo y el sonido no te convencía, pero armabas la mesa y se iba formando el sonido en grupo. Hasta en la mezcla se mantuvo el mismo princi­pio. Los chicos se pusieron medio intelectuales y corregíamos cosas con ecualizadón, dándole agudos a esto a lo otro. Finalmente les dije que me dejaran a mi armar la mezcla del tema y lo único que hice fue levania? ios atenuadores, y el sonido salió.
También en este discc se usó la tan nombrada batería electrónica RX-11 (Yamaha), es más: se usó el mismo aparato. Pero, a juicio de Mario esto fue una equivocación.
Fíjense una cosa: en este número de El Musiquero hay dos puntas: por un lado, Privé grabado con toda la alta tecnología de grabación, conexiones MIDI, secuenciadores y bases programadas "en frío” (ojo, por la programa­ción, no por el resultado). Por otro: Sumo tra­tando de plasmar su sonido en vivo sin siquiera ecualizadón. Un claro ejemplo de como produciones musicales dentro de un mismo ítem (rock, digamos) pueden tomar caracteres tan di­símiles. Y sonar fenómeno.

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