A veces yo te quiero y te odio Buenos Aires,
y nombro a tus esquinas con bronca o alegría,
corriendo aunque no quiera en tus calles siempre llenas,
buscando en tu progreso de tantas chimeneas tu sol.
Insulto hasta tu clima, tus cortes de energía,
el fono que se liga, el trámite que hastía,
y entonces soy la mufa, querida Buenos Aires,
te olvido en algún bache...
te extraño y te encuentro otra vez.
Sos mis secretos, mi niñez,
cada rato que en vos compartí...
sos fabricante y albañil de esa historia que crece al vivir.
Tu presente, tus recuerdos...
porque sos raíz y tronco
donde hoy está naciendo una hoja más
que en tus plazas va a correr
a encontrar un cachito de sol...
Por eso yo te quiero y te quiero Buenos Aires,
y dejo que me ganes con toda tu poesía,
domingos siempre verdes y flores en las vías,
tus barrios, tus rincones, tu magia que descubro otra vez...
Tu ingenua picardía me vende algún tranvía,
renuevo la esperanza la fé no está perdida,
tu fuerza y tu ternura recorren avenidas
que llevan a quererte, ciudad donde tanto aprendí.