Cantos Vallenatos De Escalona
Escalona es natural de Patillal
(Cesar), un pueblecito situado en las estribaciones de La Sierra Nevada de
Santa Marta y que es conformado por una sabana a orillas del río Cesar. Sus
padres, Clemente Escalono y Morgarito Martínez, ese 27 de Mayo de 1927, nunca
se imaginaron que el fruto de su amor con el tiempo se convertiría en el gran
difusor y creador del folclor vallenato.
Escalona mismo tampoco lo
imaginaba pues su primera vocación cuando niño fue el dibujo, pero como no se
destacaba en el primer lugar lo abandonó por la música. Lo más extraordinario
de su labor fue que nunca supo cantar, nunca supo qué fuera la métrica, ni cómo
debía realizarse una composición; más sin embargo sus creaciones deslumbran por
su increíble profesionalismo apegándose a todas las reglas musicales como por
arte de magia.
Para él su mejor intérprete fue
Julio Bovea y sus Vallenatos, y fue precisamente esta agrupación la que llegó a
internacionalizar por su calidad, gran parte de su trabajo, llevando los
paseos, sones y demás aires musicales de los vallenatos creados por Escalona a
romper las fronteras para convertirlos en un canto universal.
En el departamento del Magdalena
nació Julio César Bovea Fandiño en un año no lejano pero tampoco cercano a
nuestros tiempos, para formar con el correr de los años, justo en 1948, el trio
Bovea y sus Vallenatos que llegó a ser toda una institución dentro de la música
folclórica costeña.
Después de algunos cambios, el
trío, que indudablemente tuvo mayor aceptacién dentro del público, estaba
integrado por Julio Bovea como primera guitarra puntera y director del trío, Alberto
Fernández, primera voz y ejecutante de la guaracha y Angel Fontanilla, segunda
guitarra y segunda voz. Rafael
Escalona considera que
inicialmente el acordeón no tuvo aceptación, porque no había quien lo
presentara nacionalmente en cadenas radiales o de televisión. Así que nacieron
los conjuntos de guitarra que florecieron en las ciudades, como el grupo de
Bovea que tocaba en la radio de Santa Marta y Barranquilla. Ellos se encargaron
de recuperar las grandes creaciones de los mejores compositores de la región
para dispersarlas por el mundo bajo el sello del éxito.
El estilo de Rafael Escalona es
eminentemente costumbrista, siguiendo el ejemplo de aquellos primeros
cultivadores de este arte. Toma como elemento de inspiración todos esos sucesos
cotidianos de la región y describe con impecables versos las costumbres y los
personajes que protagonizan dichas vivencias.
Esa necesidad de cantar todos sus
sentimientos es su gran filón creador acompañado necesariamente de una cualidad
innata para lograrlo como un verdadero profesional. De ahí surgieron temas como
LA PATILLERA, una señora conocida por sus bondades y su modo de ser.
Precisamente esta canción la inmortalizaron Bovea y sus Vallenatos en la voz de
Alberto Fernández. MARIA TERE o también llamado LA ANTIOQUEÑITA DE OJOS VERDES
es otro de los célebres paseos de Escalona que se refiere a una niña
especializada en cerámica, a quien tuvo la ocasión de conocer en Cali en el
marco del IV Festival del Arte. LA CASA EN EL AIRE, escrita en 1952 para su
hija Ada Luz, previniendo que cuando naciera sus pretendientes fueran de
cualidades muy especiales. LA MOLINERA (1948), cuenta la historia de cuando se conoce
en San Diego con Elsa Aramenta quien vive en el Molino y él en el Valle y por
nostalgia o despecho le canta.
ROSA MARIA, es un canto a su
segunda hija que al nacer tiene problemas respiratorios por lo que le son
recetados toda clase de remedios, incluyendo baños especiales. Para ello
escribe en 1953 este tema que también recibe el nombre de EL MANANTIAL. EL
CHEVROLITO, un aporte que le hace Escalona a su buen amigo Tatica quien compró
un Chevrolet 46, realizando un gran sueño de muchos años, para las correrías de
sus negocios y para conquistar a Yiya Zuleta que lo tenía loco de amor. También
le cantó a la mujer que verdaderamente lo supo conquistar, cuyo nombre era Marina
Zuluaga y que era conocida como LA MAYE.
LA VIEJA SARA, es un saludo
cuando logran cumplirle una invitación a Sara María Baquero, Poncho Cotes y él,
pues estaba muy enojada por su incumplimiento. EL TESTAMENTO, es una despedida
que le hizo a su amiga Vevita porque abrieron nuevamente el Liceo, cuando
cursaba su bachillerato en Santa Marta. LA CUSTODIA DE BADILLO nos refiere la historia
de esta leyenda como todo mundo creyó que sucedió, al pensarse que
supuestamente la robaron, sabiendo que sólo fue una confusión con una custodia
de Popayán, enviada erróneamente por sus restauradores y después de corregido
el suceso, el pueblo no quiere aceptarlo pues piensan que se la han cambiado.
Como estos, son muchos los
pasajes que toma Rafael Escalona para inspirarse y deleitarnos magníficamente
con el auténtico vallenato. El gran aporte de Discos Fuentes, es rescatar ese
estupendo trabajo creativo, volviendo a llevar hasta el disco compacto sus
mejores canciones, con las mejores voces que pudieron interpretarlas.
Originalidad, belleza y gran calidad es lo que se puede ofrecer en este CD para
que viva plenamente el sabor del vallenato con la maestría de Bovea y sus
Vallenatos.