0450 - Steve Vai - 2016 - Modern Primitive

Cumpleaños 6 De La Batea - 30 Albumes

Show con humor y acrobacias musicales

La presentación de Steve Vai abundó en virtuosismos y complicadísimas técnicas de ejecución. Pero a la exhibición de sús habilidades como guitarrista le faltó ponerse al servicio de la música.

No caben dudas de que Steve Vai es, no sólo la guitarra más veloz del Oeste, sino uno de los mejores come­diantes musicales del rock. El público que atestó el teatro Gran Rex para deleitarse con el virtuosismo del guitarrista nortea­mericano encontró además el placer adi­cional de su humor y el de su banda, que no le fue en zaga en las dos horas del show. El dato cobra mayor relevancia si se tiene en cuenta que Steve Vai subió al escenario haciéndole frente a un fuerte esta­do gripal, algo que nadie pudo haber sospechado ante la entrega del músico.

Lejos de la seriedad que suele caracteri­zar a los músicos poseedores de una capa­cidad técnica cercana a lo sobrenatural, Steve Vai se complace en presentar su set como un show del exceso, como una per­formance de la exageración resuelta a través del humor, Y el público, lejos de sentirse ultrajado, recibe cada uno de los chistes; de Vai con risas, aplausos e incre­dulidad; Desde el momento mismo en que Steve Vai pisa el escenario poblado de sirenas de bombero ululando al unísono, la audiencia cae rendida a sus pies. Al igual que Yngwie Malmsteen o Joe Satriani, la música de Steve Vai abraza el heavy metal, pero le da un tratamiento de virtuosismo que lo lleva a tocar constante­mente al borde de la dificultad, en una exhibición de acrobacias que el público festeja. Así, Vai ejecuta su instrumento aplicando complejísimas técnicas y efectos especiales, haciendo además la mímica del sonido con la boca y con su cuerpo.

Las canciones poseen muy pocas com­plicaciones y escasa belleza, transformán­dose en una excusa para que Vai pueda mostrar todo lo que sabe. Su estilo incen­diario y el humor qué despliega hace que el show acrobático cause un fuerte impac­to.

Steve Vai se mostró muy contento de estar tocando para un público tan entu­siasta y se empleó a fondo, llegando a ex­tremos insólitos como el de invitar a gente del público para un extraño juego: el parti­cipante debé indicar con su mano el curso de la música y la banda debe seguirlo y re­presentarlo. Un juego en el que la banda siempre gana, y el que sube al escenario se lleva una púa dé regalo. Y todos conten­tos.

Como coequiper de Vai estuvo el bri­llante guitarrista Mike Keneally, un com­pañero invalorable a la hora de tocar com­plejos pasajes de guitarra al unísono con la estrella. La base rítmica de Philip Bynoe en bajo y Mike Mangini en batería, estuvo a la altura de las circunstancias, derro­chando energía y habilidad. Afortunada­mente, las intervenciones vocales de Vai fueron estrictamente las necesarias.  Steve Vai se desplaza a la velocidad de la luz por el diapasón, y nadie podrá discutir su calidad como guitarrista.. Sin embargo, seria atinado qúe pusiera sus habilidades al servicio de la música (tal como lo hace en For The Love Of God), y rompiera así con la monotonía de un show que mueve al asombro solamente por la pirotecnia instrumental.

ESPECTACULOS - CLARIN
Lunes 24 de Marzo de 1997
Segio Marchi





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Cumpleaños 6 De La Batea - 30 Albumes




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