Reviviendo el folk
Desde el “boom" que se registrara a principios de los años '60 y que lanzó a primeros planos de popularidad a artistas como Joan Baez, Peter, Paul & Mary, Bob Dylan, etc., el folk norteamericano no ha vuelto a protagonizar un fenómeno de resurgimiento que tuviera un efecto similar, en cuanto a repercusión en la escena musical popular. Han surgido, sí, decenas de cantantes que repitieron los esquemas de los pioneros del género con mayor o menor suerte.
Por eso, es llamativo que uno de los exponentes más creativos y originales del folk americano en los últimos tiempos no sea un cantante, sino un trío de hermanas de New Jersey que responden al nombre de The Roches.
Las Roches son Maggie (la mayor, de 27 años), Terre (26) y Suzzy (22) Roche, oriundas de la ciudad de Park Ridge, en New Jersey. Más de diez años de trabajo continuo se han materializado en The Roches. Maggie y Terre empezaron a cantar juntas profesionalmente al finalizar ios años '60, en convenciones del partido demócrata de su ciudad natal Las hermanas Roche nacieron en el seno de un hogar católico irlandés; su padre, John A. Roche, es un experto en la enseñanza de lenguajes que desarrolló un curso en base a grabaciones, llamado Speechmaster
Cuando el dúo de Maggie y Terre fue contratado para efectuar una gira, la familia se separó: Maggie dejó el Colegio Bard, y Terre abandonó la escuela secundaria. "Una por una dejamos el hogar fuimos lari lejos que a todos les dio miedo" escribió Terre en el tema Run In The Family (Herencia de Familia) un tema del LP debut de las Roches que sugiere el peligro y el costo personal de tomar decisiones aventuradas cuando se es muy joven y sostenerlas a cualquier precio. Entre otras cosas, esto significó el tener que mantenerse a sí mismas con empleos ocasionales de secretaria y camarera.
En 1970 Maggie y Terre se inscribieron en un seminario para com positores que dictó Paul Simón en la Universidad de Nueva York. Dos años más tarde lo llamaron por teléfono y le pidieron una prueba. Simón se mostró lo suficientemente impresionado como para hacer que las dos hermanas cantaran coros en su LP There Goes Rhvmin'Simon. Simón también las puso en contacto con su abogado, quien les consiguió un contrato por un LP con Columbia. El disco resultante (Seductive Reasoning), un interesante aunque desparejo álbum que contó con cuatro productores distintos, apareció en 1975 ante la indiferencia total del público.
Destrozadas, Maggie y Terre se refugiaron durante varios meses en ¡a escuela de Kung-fu que un amigo poseía en Hammond, Luisiana, donde —según palabras de Maggie— “la gente iba a aprender cómo moler aúpalos a sus semejantes".
Cuando la escuela se disolvió, las hermanas retornaron al norte para reanudar sus actuaciones. Su primera aparición fue en un festival musical de mujeres que se llevó a cabo en Cham- paign, Illinois, en Junio de 1976. Si bien Maggie no es una feminista políticamente activa, sostiene que halló influencia de la música de mujeres "muy reconfortante".
EL DESTAPE DE LAS ROCHES
Las Roches se transformaron en trío a fines de 1976 cuando Suzzi, la hermana menor que estudiaba para actriz en la Universidad del. Estado de Nueva York, se mudó a la Casa de Terre y Maggie en el Greenwich Village.
Las tres hermanas se disfrazaron de árboles de Navidad vivientes y comenzaron a tocar villancicos con elaboradas armonías en las esquinas y en las estaciones de subte.
Muy pronto estaban actuando en clubes de Nueva York, como Kenny’s Castaways y Folk C/íy, donde fueron “marcadas" por una promotora artística de la Warner Bros, Karin Berg. Coin- cidentemente, el ex-King Crimson Robert Fripp, radicado en ese entonces en la Gran Manzana neoyorquina, las vio tocar y decidió que le gustaría producir las grabaciones del trío. Lo que siguió ya es historia más dulce: las Roches se incorporaron al catálogo de la Warner y muy pronto su LP debut empezó a verse como una realidad materializable a corto plazo, de la mano experta de Mr. Fripp.
Pero, a esta altura cabe preguntarse ¿qué tienen las Roches que haya impactado de tal forma a un exquisito de la música como Robert Fripp, y que al mismo tiempo haya convertido al trío en las protegidas de la ultra difícil prensa musical neoyorquina?
Bueno, para empezar, su estilo de folk y pop delicadamente armonizado deshace desde el vamos con uno de los postulados del género: esa seriedad a menudo excesivamente solemne (que fue tradición de los folkers en los ’60) se hace trizas frente al desparpajo con que las hermanas Roche se pasean sobre el escenario, ataviadas con ropas deportivas o combinaciones de retazos que confiesan a gritos haber sido obtenidos en una mesa de saldos. Esta misma simplicidad iconoclasta se halla en sus temas.
Tanto los shows de las Roches como su LP debut se inician con We Nosotras) una chanza autobiográfica cantada casi a capella, donde a la manera de las niñas prodigio de los años ’40, Maggie, Terre y Suzzy entonan:
"Somos Maggie y Terre y Suzzy / Maggie y Terre y Suzzy Roche / no revelamos nuestras edades / ni damos nuestros números de teléfono... ”
We no es la única canción autobiográfica. Sucede que las Roches han incorporado a su temática todas las vivencias de estos diez años de vagar de aquí para allá, trasladándolas a su repertorio en la forma de pequeñas viñetas que revelan una considerable profundidad caracterológica.
El personaje de Mr. Sellack, por ejemplo, es una camarera de bar, arrepentida de haber dejado su trabajo, que le ruega a su ex-patrón que la tome de nuevo:
"Oh, Señor Sellack / puede darme mi puesto otra vez / me he vuelto a quedar sin dinero... / limpiaré las mesas / prepararé la crema / me ar- rodillaré y rasquetearé detrás de la mesa / no volveré a ser antipática con ¡os clientes / deme una escoba y me ganaré el cielo barriendo / dejé que los otros cuarenta millones trescientas siete personas sigan tratando de ser famosas / yo lo único que deseo / es volver a tener mi viejo empleo".
En el caso de las Roches la estrategia del humor y el desenfado en la interpretación proporciona el contrapeso justo para poder digerir las duras conclusiones de sus letras. La minuciosidad del cuadro de alienación urbana pintado en The Train (El Tren) por ejemplo, es particularmente efectivo por su universalismo:
“Mi cara está pegada a la ventanilla / y en ella puedo ver el reflejo del vagón / espío al grandote sentado junto a mí.../ él está triste / yo estoy triste / los dos estamos tristes... deseo preguntarle su nombre / pero no puedo /. el hombre me da mucho miedo. . . "
Asimismo, la descripción de The Married Men (Los Hombres Casados) encara la “cana al aire” pero desde el punto de vista de la amante:
“Sé que no soy su principal preocupación / ellos están solos también / soy sólo una flecha que pasa... / cuando me despiden al alba / pagan al chofer del taxi mi viaje / saben que me uoy a alguna parte..."
A los no iniciados les recomiendo que escuchen primero que nada la segunda banda del lado uno, The Hammond Song, para comprender en toda su magnitud el poder vocal del trío Roche. Además, el solo de Fripp —en una de sus fugaces intervenciones— es un ejemplo de economía y sensibilidad para captar el sentimiento del tema.
Las melodías de las Roches son puras y al mismo tiempo aventuradas. Se apoyan en influencias tan disímiles como aparentemente irreconciliables. Tonadas tradicionales irlandesas, resabios de las Andrew Sisters. el doo- woop tipo Plateros, la íntima cadencia de las canciones de Joni Mitchell, en fin, la lista es amplia y la combinación de factores resulta exquisita. Y ya que no podamos trasladarnos a Nueva York para deleitarnos con el trío en vivo, su LP debut “The Roches” bastará por el momento como testimonio de los atributos de las hermanas Roche.
Grabado en The Hit Factory, Nueva York, entre setiembre y noviembre de 1978, “The Roches” fue producido por Fripp en lo que el ex-Crimson llamó Audio Venté, es decir, conseguir que el LP reprodujese lo más exactamente posible las texturas vocales y la frescura instrumental de las Roches, sin decoraciones ni maquillajes sonoros innecesarios. Así, flanqueadas solo por sus guitarras acústicas, breves pero iluminadas intervenciones de Fripp en eléctrica y alguna base ocasional de sintetizador de Larry “Synergy" Fast, el grave tono barítono de Maggie, el agridulce acento de Suzzy y el agudo registro de Terre se aúnan en una combinación ideal. La producción cristalina no deja pasar detalle. Notamos las cuerdas apretándose contra los trastes de las guitarras, el aliento siendo inhalado, cada minúscula partícula constitutiva de este LP está allí, para goce de nuestros oídos, en el fulgor del Audio Verité.
Como en otras ramas del arte, hay discos y artistas que gustan por su poder de hacernos evadir, por su valor de entretenimiento. Otros, en cambio, van más allá y tocan otro tipo de fibras en nuestro interior, de tal modo que los incorporamos de inmediato a nuestro “campo de sentimientos especiales”. ¿Quién acaso no se sintió alguna vez marcado a fuego por una letra, una melodía, un solo?
Eso sucede con las Roches y su primer álbum. Una experiencia como para no dejar pasar.
Nueva SuperStar (#29)
Junio 1980
ALFREDO ROSSO
Tower Press
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